Ha comenzado a nevar en mi querido WordPress y en nuestras vidas, aún cuando estemos en países en los que el sol y el verano acompañan nuestras navidades, la nieve es un símbolo de la natividad. ¿Quién no ha soñado con pasar una navidad con un árbol vestido de luces brillantes al lado de una ventana que nos regale un mono de nieve y millones de copos cayendo en pausada armonía sobre un suelo albo?
A medida que el tiempo pasa, éste parece que corriera con mayor premura, hace poco era marzo y ya es navidad. Al tomar consciencia de ello pienso, la vida siempre nos regala los días, sí, uno tras otro ¡simples y recurrentes, días! como si fueran pequeñas cajitas forradas en hermosos papeles multicolores para que pongamos en ellas nuestros dones, el mejor regalo para entregar a quien amamos, la mejor sonrisa para quien la precise y también para despojarnos de aquello que nos duele. Es de esperar que con esta hermosa nieve, con el anuncio de que se avecina la navidad, con ese despertar del cual siento que los seres humanos estamos más conscientes, nuestras pequeñas cajas se llenen de regalos por los cuales sintamos orgulloso. Tomaré unos días de silencio para ver que pongo en esas pequeñas cajas, obsequios de una divinidad para que nunca olvidemos.



Hace un rato empezó la Teletón y toda la gente esta pegada a sus televisores, uno de mis hombres pidiendo más comida de la que me queda en la despensa para llevarla a un evento, el otro trabajando todo el día recolectando comida en un supermercado, unos niños en la calle juntando ropa, medicamentos, apoyando. La tierra cada cierto tiempo se mueve, y nosotros, nuestro espíritu también, tal vez estas pequeñas tragedias traen tras su manto destructor grandes enseñanzas.


Me gusta…, olerles el alma, degustar su risa, masticar las palabras, como se mastica un buen charqui, pa´sentirle el sabor ¡como Dios manda!







