¿Por qué escribo?

¿Por qué escribo?

Escribo para el agua
que corre hambrienta por la tierra,
por los dioses que habitan en mis cerros,
(aquellos que se empinan en mi sangre,
partiéndome los días con su espera).

Escribo,
por aquello que veo y me duele de la vida,
por el dolor que camina cabizbajo por mi lado,
por los pobres, ¡los podridamente pobres!,
aquellos que lloran por migajas de alimento,
los que rompen la palabra con los ojos,
los que mueren en la misma tierra nuestra,
pero solos…, ¡Dios, abísmantemente solos!
¿y el mundo? los mira indiferente,
sentado desde un palco de ironía.

Escribo por aquellos,
que están secos de esperanza.
Con el llanto derretido en las pupilas.
Con el miedo lacerándoles el alma.

Escribo para ti, si, para ti
que juegas con mi piel sin saberla de tus labios,
jamás canela de tus aguas, nunca miel de tus panales.
Y aún así, escribo para ti. Sigue leyendo

El frío y la pobreza

Cuando llega el frío todo se hace más estático los sonidos se congelan y las miradas parecieran que pierden el brillo que siempre arrastran en los días felices. Es ese frío con el que se abriga el pobre.

Luego, todo vuelve al orden, las cajas de cartón se  levantan, esas que sirvieron de camas, deben quemarse para abrigar la esperanza que se muestra en las manos  y poder seguir un día más, mágicamente  sus rostros comienzan a gesticular, como si volvieran a sobrevivir. 

Como duele el frío en los dedos de la pobreza.

¿Cómo dejar de ser pobre?

Muchos blogs abordaron el tema de la pobreza hace unos días atrás, algunos puntos quedaron sueltos, conversaciones sin terminar. A raíz de eso y de una interesante reflexión que hicieron mis amigas Karen y Milla sobre este tema, quiero terminarlo tocando un punto y es ¿por qué los pobres no dejan de ser pobres?.
Hay muchas personas que piensan que el que es pobre es porque quiere serlo o no lucha lo suficiente para salir de esa pobreza, idea con la cual discrepo totalmente.
Me pregunto ¿Cómo se deja de ser pobre?.
Toco la pobreza todos los días y veo como los pobres rasguñan las piedras diariamente por tratar de cambiar ese estado, por dejar de ser podridamente pobres, lamentablemente sólo el 1% de esa población consigue cambiar esa condición.
La pobreza no se elige ni se adquiere con opción de devolución por disconformidad, la pobreza se cae de bruces en algunos seres humanos sin que estos puedan decir «no, no te quiero en mi vida», ésta llega y envuelve a los ¾ de la población mundial, muchas veces perturbando su visión y velando cualquier opción Sigue leyendo

El día de la pobreza

Today is Action day… hagamos algo?
Tal vez el mundo de pronto pareciera que se nos cae, que se derrumba la esperanza de una equidad, que se pierde la sensación de justicia, esa en que esperamos que acabe el hambre, que no hayan más niños sin comida, sin el abrazo de una madre. Que ya no haya matanzas indiscriminadas, que África vuelva a reír con esperanza, que China siendo un país con tanta experiencia, cese de una vez la matanza y abuso con tanto animal que a la larga, no son menos que nosotros. Se hace pesado, sí, se hace pesado mirar la pobreza que Sigue leyendo

Día de la pobreza

Cuando se nos presenta la oportunidad de hacer algo, ¿por què no hacerlo?.

El día 15 de octubre todos los blogs centralizaremos nuestro tema en uno, para que tome fuerza, para que sea significativo. Este año le corresponde a la POBREZA, tema que significa mucho para mí. Es simple, uniremos los tópicos, aunaremos nuestro esfuerzo y nuestra energía. Espero que muchos de los amigos blogeros puedan unirse a esta iniciativa. Cómo? ve a este enlace, simplemente debes unirte con un pequeño logo, preparar una pequeña entrada tocando el tema de la pobreza y publicarlo ese día (15 de Octubre). Compartiremos puntos de vistas, aunaremos nuestra energía.

Mas información acá.

Santiago y el transantiago

Hoy, Santiago parecía un día cualquiera, menos miércoles, una ciudad de esas en que la vida corre más rápido, tal vez Madrid? quizás Nueva York…, sin embargo era el mismo miércoles de todos los miércoles y el mismo Santiago de Santiago de Chile, donde ves los rostros de la gente sedientos de vida, hambrientos de esperanza, no eran rostros de una ciudad proveedora y triunfante, fue sólo una ilusión óptica, un momento antes había pasado por el puente Lo Curro, desde ahí al mirar para abajo, los autos se ven más generosos, no hay transeúntes, no hay calles parchadas ni se ve la basura trepando por las veredas. Sólo se ven autos, con niños alegres. Tal vez con sueño, pero alegres.

A medida que avanzaba, el panorama se hizo más sombrío, una mujer cargaba a su hijo envuelto en una frazada, típico imagen de los barrios menos pudientes, (ellos no tienen empleadas) no se le veía la carita, seguramente para que no tomara frío, me pregunto? ese bebe no se pudo quedar en casa?, seguramente no, Sigue leyendo

Santiago llora

En Santiago se nos esta viniendo una lluvia de las feas, esa que esta cayendo sin piedad en el sur, «esta cayendo un diluvio» me dijo la Sole, mi amiga del alma desde que éramos niñas y la cual vive en Temuco desde hace ya varios años. Seguramente esta lluvia decidió bendecirnos a los de Santiago, si, necesitábamos urgentemente limpiar el aire. Pero lamentablemente también viene a mojar la pobreza con fuerza, moja el frío y lo hace pedazos, por ahora, las hojas se arrastran pesadas por el suelo, como queriendo cavar el cemento para resembrarse y así no perderse en un basurero después de ser reinas.Los perros se acurrucan enrollándose como cuncunas para «capear» el frío, sus ojitos se me tiran a la cara como si quisieran hablar en una lengua familiar, me dicen que tienen hambre, que necesitan caricias, y yo, yo tengo tantas, sólo que no me alcanza el tiempo para tantos ojos en picada.

En el semáforo, se me acerco un viejo, tal vez de unos 80 años, era justo en Vespucio con Kennedy, cerca del Hyatt, el contraste era grotesco, el edificio destilando luces brillantes, amarillas, él Sigue leyendo

La desigualdad, la pobreza.

El pestañeo de mis ojos aumenta ante la terrible y cruel desigualdad que domina el mundo, y ese pestañeo me causa dolor. Me causa un profundo y podrido dolor. Aclaro, no me molesta la riqueza, por el contrario, me siento feliz por ver gente adinerada con ojos de alegría, me gusta ver a la gente feliz. La vida siempre es más fácil con un poco más de dinero, no digo que haga la felicidad pero como dice el dicho, por Dios que ayuda. Yo lo disfruto cuando está, no lo lamento cuando se aleja. (Si ponemos atención veremos que todo se mueve tan cíclicamente, con un ritmo casi imperceptible)

Sin embargo lo que sí me molesta es ver el hambre en la cara de un niño, eso me pone de mal humor. Observar el rostro de un anciano pidiendo dinero en un semáforo y ver tantos rostros indolentes en sus autos lujosos, eso, eso me desagrada. Ver a un hombre de igual edad que el anciano mover la cabeza con Sigue leyendo

Desvaríos

Mordaz y alegre se ha vuelto mi lengua, como si fuese una rosa salvaje que atrapa con su color y hiere con sus espinas, mordaz se ha vuelto mi pensamiento ante la locura del mundo, ante la mía, ante el desatino del hombre, ante el mío.
Vago entre ideas e ideales absurdos, entre la pobreza que me hiere olerla, ante la riqueza tan desproporcionada, ¡tan desproporcionada!. Ambos bailan como payasos incoherentes ante mí, los miro desde una orilla, no permito que me toquen, me haría débil.
Mordaz y alegre se hacen mis pasos, mordaces e indulgentes cuando respiro  a los que me circundan, alegres cuando estoy sola.

Necesito escapar del mundo ¿Me estaré convirtiendo en un animal salvaje?, tal vez, no me sorprendería nada.

Como dice Delmira, «me abismo en una rara ceguera luminosa», en mi caso, creo que esa rara ceguera me esta dejando ciega la palabra.

 

Desvelo

Anoche después de apagar el computador leí un rato Zanoni, ya no quería pensar en Rilke me ha tenido en un estado un tanto raro, me pasa cuando me sumerjo demasiado en mi interior, apagué la luz y me dormí, al cabo de unas horas desperté pensando en alguién que no conozco, pero ronda en mis palabras, seguramente soñaba con él, ¿tal vez un recuerdo?, quién sabe pero el sueño se me escapó, se fue, yo me quedé en vela esperándolo. Nunca llegó.
Me puse a pensar en el trayecto que hice ayer en la tarde de regreso a casa y que me dejó con un sabor amargo.Al salir de la oficina las calles lucían más pobres que de costumbre, mi auto quebraba el silencio dejando un ruido molesto, yo quería ser más silencio para pasar imperceptible, no pude. Una joven de pelo largo y teñido de un amarillo molesto caminaba como si fuera feliz, tendría unos 17 años vestía unos jeans que le llegaban hasta las rodillas, tenían roturas que aparentemente estaban hechas a propósito y bajo éstos se asomaban unas pantys negras, arriba vestía una polera rosada que dejaba ver unos pechos pronunciados y firmes, tanto que pareciera enganchaban los ojos de los pocos Sigue leyendo

La pobreza

Hoy mientras manejaba hacia el trabajo y al detenerme en una luz roja, mi mirada fue apresada por un hombre de unos 30 años, empujaba una cerreta llena de desperdicios, estaba con el pelo totalmente enmarañado, obviamente no se lo había lavado ni peinado, tal vez en meses, sus pies descalzos y sucios, su cuerpo delgado y maltrecho, apenas cubierto por una ropa sucia y rota, y su mirada, en realidad no tenía mirada…, cuando nos paramos en un rostro muchas veces admiramos una mirada, no tanto los ojos, o si son grandes o pequeños, nos detenemos o nos dejamos apresar por una mirada. ¡Ese hombre no tenía mirada!, por lo tanto, no tenía esperanza, había muerto en él la esperanza y nosotros no hicimos nada.
En él vi a todos aquellos que duermen en las calles perdidos de tiempo, imbuidos en un pozo donde no se asoma la luz, y nosotros…, no hacemos nada. Yo no hago nada salvo lamentarme, en él vi a tantos jóvenes Chilenos y también de muchos países Sudamericanos en los cuales la gente muere de indiferencia antes sus debilidades, ante su pobreza, ante las desventajas con las que les toco nacer. En él vi a los jóvenes que en Europa, Usa, América, China, Japón y muchos países en los cuales los índices de drogadicción en jóvenes ha aumentado a niveles alarmantes, esos jóvenes que caén en la drogadicción seguramente porque están tan solos, tan perdidos… En él vi algo que no había visto antes y fué terrible. Vi mi indiferencia ante el dolor y la falta de esperanza…, y eso, me asusto más que el mismo hombre.