Maria Rilke y algunos desvarios.

(Esto lo escribí hace un tiempo, hoy lo actualizo debido a que me han pedido ayuda sobre el trabajo de Rilke)

La ciudad esta durmiendo por fin, el crepitar de la llama de la vela aún acompaña mi lectura, (anoche debido a una tormenta se cortó la luz en mi sector, disfruté el volver a una tierra primitiva sin los avances del siglo. Mi lectura se centraba en Rilke quien en uno de sus versos, los cuales releo una y otra vez porque encuentro en él una luz que alumbra con más certeza algunos cuestionamientos, esas sombras que tiñen de duda  mi consciencia.

Es en estos versos, los cuáles tengo enmarcados en mi cajón de tesoros y donde veo tanto…

Ésta es la nostalgia: morar en la onda
y no tener patria en el tiempo.
Y éstos son los deseos: quedos diálogos
de las horas cotidianas con la eternidad.

Y eso es la vida. Hasta que de un ayer
suba la hora más solitaria de todas,
la que sonriendo, distinta a sus hermanas,
guarde silencio en presencia de lo eterno

«No tener patria en el tiempo», no tener apegos ni moradas, no tener pie asentado en una falsa realidad. ¿Cuál verdaderamente es esa ansiada realidad? ¿la que pisamos, la que vemos? o es aquella que siente nuestra alma cuando desgarrada por el sinsabor del cuestionamiento, viudo de respuesta, mudo de razón, vaga ante los escasos atisbos de lucidez , y a los cuales solo llego mediante un paso de silencio sepulcral.

Dice Rilke, «quedos diálogos de las horas cotidianas con la eternidad».  Es ahí donde me relamo con un perro herido ante los diálogos con «mi eternidad», que es distinta a la suya o a la de cualquier lector, ésta varia según la distancia Sigue leyendo

Tertulias Literarias

Ayer jueves 13 de noviembre, se llevó a cabo la primera de varias tertulias literarias abiertas, estuvo estupenda y nos dejó profundamente satisfechos. Esta idea se gestó junto al poeta Manuel Andros, queríamos abrir un espacio donde se pueda juntar la poesía con un público que no estuviera, necesariamente, relacionado con ella. Es imperativo abrir las páginas de nuestra poesía nuevamente, de otra manera esta irá muriendo irremediablemente en la soledad de unas pocas plumas.
En esta época, los jóvenes exponentes han tomado como grito libertario la poesía, a través de ella expresan sus desacuerdos sociales, humanos, políticos y morales, lo que me parece fantástico, pero ¿qué pasa con los adultos?, que ocurre con esa parte de nuestra sociedad que ya esta sumergida en la cotidianidad de la vida, aceptando con una brutal pasividad los desatinos y desigualdades de estos tiempos. ¿Dónde se esta dando cabida a la sensibilidad, que con un grito depresivo inunda nuestra clases sociales más ahogadas?. Sigue leyendo

Noche de fiesta

Hoy la noche se me hizo suave, liviana, etérea. Han sido días de mucho trabajo, de poco tiempo. Sin embargo esta noche corre un viento tibio, de esos que levantan las pocas hojas ensangrentadas que dejó el otoño, y hacen un baile que visten las tardes grises, de fiesta.
Baje el vidrio del auto y respiré, respiré la tibieza del silencio, de la magnificencia de mí momento, de esos en los cuales no me comparto con nadie y pude vaciarme mil veces en mis pensamientos sin que nadie me pregunte, «que piensas?». Me deslice en las notas de MÍ MUSICA, esa que no a todos gusta y yo tanto aprecio.
Fui feliz en esta noche, en este momento en que soy enteramente única. Hay noches que son así y cuando las tengo las disfruto plenamente. Por eso hoy, fue ¡Noche de fiesta!

Santiago llora

En Santiago se nos esta viniendo una lluvia de las feas, esa que esta cayendo sin piedad en el sur, «esta cayendo un diluvio» me dijo la Sole, mi amiga del alma desde que éramos niñas y la cual vive en Temuco desde hace ya varios años. Seguramente esta lluvia decidió bendecirnos a los de Santiago, si, necesitábamos urgentemente limpiar el aire. Pero lamentablemente también viene a mojar la pobreza con fuerza, moja el frío y lo hace pedazos, por ahora, las hojas se arrastran pesadas por el suelo, como queriendo cavar el cemento para resembrarse y así no perderse en un basurero después de ser reinas.Los perros se acurrucan enrollándose como cuncunas para «capear» el frío, sus ojitos se me tiran a la cara como si quisieran hablar en una lengua familiar, me dicen que tienen hambre, que necesitan caricias, y yo, yo tengo tantas, sólo que no me alcanza el tiempo para tantos ojos en picada.

En el semáforo, se me acerco un viejo, tal vez de unos 80 años, era justo en Vespucio con Kennedy, cerca del Hyatt, el contraste era grotesco, el edificio destilando luces brillantes, amarillas, él Sigue leyendo

Maria Rilke y algunos desvarios.

La ciudad esta durmiendo por fin, el crepitar de la llama de la vela aún acompaña mi lectura, (anoche debido a una tormenta se cortó la luz en mi sector, disfruté el volver a una tierra primitiva sin los avances del siglo. Mi lectura se centraba en Rilke quien en uno de sus versos, los cuales releo una y otra vez porque encuentro en él una luz que alumbra con más certeza algunos cuestionamientos, esas sombras que tiñen de duda  mi consciencia.

Es en estos versos, los cuáles tengo enmarcados en mi cajón de tesoros donde veo tanto…

Ésta es la nostalgia: morar en la onda
y no tener patria en el tiempo.
Y éstos son los deseos: quedos diálogos
de las horas cotidianas con la eternidad.

Y eso es la vida. Hasta que de un ayer
suba la hora más solitaria de todas,
la que sonriendo, distinta a sus hermanas,
guarde silencio en presencia de lo eterno

«No tener patria en el tiempo», no tener apegos ni moradas, no tener pie asentado en una falsa realidad. ¿Cuál verdaderamente es esa ansiada realidad? ¿la que pisamos, la que vemos? o es aquella que siente nuestra alma cuando desgarrada por el sinsabor del cuestionamiento, viudo de respuesta, mudo de razón, vaga ante los escasos atisbos de lucidez , y a los cuales solo llego mediante un paso de silencio sepulcral.

Dice Rilke, «quedos diálogos de las horas cotidianas con la eternidad».  Es ahí donde me relamo con un perro herido ante los diálogos con «mi eternidad», que es distinta a la suya o a la de cualquier lector, ésta varia según la distancia que los separa de la tierra, mi Sigue leyendo