Noche de fiesta
Hoy la noche se me hizo suave, liviana, etérea. Han sido días de mucho trabajo, de poco tiempo. Sin embargo esta noche corre un viento tibio, de esos que levantan las pocas hojas ensangrentadas que dejó el otoño, y hacen un baile que visten las tardes grises, de fiesta.
Baje el vidrio del auto y respiré, respiré la tibieza del silencio, de la magnificencia de mí momento, de esos en los cuales no me comparto con nadie y pude vaciarme mil veces en mis pensamientos sin que nadie me pregunte, «que piensas?». Me deslice en las notas de MÍ MUSICA, esa que no a todos gusta y yo tanto aprecio.
Fui feliz en esta noche, en este momento en que soy enteramente única. Hay noches que son así y cuando las tengo las disfruto plenamente. Por eso hoy, fue ¡Noche de fiesta!
Luna que se quiebra
sobre las tinieblas
de mi soledad…
Qué maravilla tener esos momentos. ¿Y sabes qué? a veces los tenemos ahí enfrente de las narices ¡y no nos damos cuenta! Y entonces pasan y se van… La verdadera magia es andar con los sentidos bien abiertos, escuchar cuando se acercan a toda velocidad, agarrarlos por un ala y sentarlos ahí, a la buena o a la mala, con nosotros, hasta que se nos dé la gana dejarlos partir.
🙂
Nada como esos momentos incompartibles, esa soledad dulce y alegre que nos aletea en todo el cuerpo, que nos dice que estamos intensamente vivas, redimidas, reconciliadas con el mundo…
Un beso.
Milla querida, que hermosa canción verdad?, casi puedo oir la música cuando escribes la letra. Y siii, la verdad es que siempre estan ahí, sólo que uno no los toma. También tienes razón la magia esta en el día a día, ya el hecho que podamos despertar cada mañana, movernos y respirar el aire fresco es un acto de magia. El problema es que de pronto nos dejamos aplastar por la pesadez de esos otros momentos y nos dejan ciegos al deslumbre de la magia. Un abrazo cariñoso para ti. 🙂
Mi querida Liz, se que tu también los tienes a menudo porque eres una de esas mujeres que vive EN la vida y todos sus pequeños instantes, los buenos y los aparentemente malos, esos que se nos regalan para como tu dices, reconciliarnos con el mundo y aprender lo que nos falte. Un abrazo con mucha fuerza para ti. 🙂
Me alegró mucho leer este post, querida Patricia.
El trabajo me impide venir a visitarte con más frecuencia, pero no te olvido.
Un fuerte abrazo!
Yo anoche sentí algo así, cuando baje a tomar frío para ver si lograba enfriar la cabeza…
Que dichosos esos momentos no?
Luis querido, estamos iguales así que tranquilo, esto debe ser un placer y no una obligaciòn. Otro para ti.
Karen, me alegro que lo hayas sentido justo en un momento en que necesitabas verdad.
Un abrazo para ti.
Que bien, esos momentos que para cualquiera son «normales», pero que nosotros consideramos únicos y se terminan volviendo en recuerdos de tranquilidad y felicidad únicos no se encuentran todos los días.
Ojalá nos diesemos cuenta más habitualmente cuando esos momentos se nos presentan sin que nosotros le demos mayor relevancia o «le saquemos el jugo».
Muchos saludos para usted.
Me alegro de tu noche íntima y festiva,pasaré por tu casita los viernes,un abrazo 😉
Nelly querida joven poeta, estoy esperando el poema con que ganaste el concurso, envíamelo pronto. La verdad es que en la simpleza están las fiestas màs significativas, aprendì eso con los años y evocando esos momentos. Me imagino que tú en Castro, ese paraìso natural debes tener muchas de esas fiestas, sólo hay que cerrar los ojos y sentir verdad?
Gorokiña, te estarè esperando los viernes para saludarte, espero qeu esas vacaciones estén de miedo. Un abrazo para ambos. 🙂