Generalmente se considera a Browning la más grande poetisa inglesa. Sus obras están llenas de ternura y delicadeza, pero también de fuerza y hondura de pensamiento. Sus propios sufirimientos, combinados con su fuerza moral e intelectual, hicieron de ella una defensora de los oprimidos allí donde los encontrara. Su talento era sobre todo lírico, aunque no toda su obra adopta esa forma. Sus debilidades son la falta de concisión, cierto manierismo, y fallos en metro y rima. No puede equipararse a su esposo en cuanto a la fuerza de su intelecto o altas cualidades poéticas, pero sus obras, por su estilo y temas, tuvieron una acogida más temprana y amplia entre el público.
La señora Browning era una mujer de singular nobleza y encanto, y aunque no era bella, era extraordinariamente atractiva. La novelista Mary Russell Mitford la describe de joven como: «Una figura delgada, delicada, con una lluvia de rizos oscuros cayendo a cada lado de una cara muy expresiva; ojos grandes y tiernos, abundantemente rodeados por pestañas oscuras, y una sonrisa como un rayo de sol». Anne Thackeray Ritchie la describió como: «Muy pequeña y tostada» con ojos grandes y exóticos y una boca muy generosa.
Su obra más famosa son los Sonetos del portugués, una colección de sonetos amorosos escritos por Browning pero disfrazados como una traducción. El más famoso de ellos, con una de las frases iniciales más conocidas del idioma inglés, es el número XLIII: «How do I love thee? Let me count the ways… / ¿Cómo te amo? Déjame contarte las maneras en que te amo…»
Elizabeth Barrett BrowningPero mientras sus petrarquianos Sonetos del portugués son exquisitos, también fue una poetisa profética, incluso épica, al escribir Las ventanas de la casa Guidi en apoyo del Risorgimento italiano, como Byron había apoyado la independencia de Grecia respecto a Turquía, y asimismo con Aurora Leigh, escrita en nueve libros, el número de la mujer, después de la muerte de Margaret Fuller al ahogarse en el barco «Elizabeth», en el que Aurora encarna a Margaret y Marian Erle, a la propia Elizabeth. Aurora Leigh transcurre en Florencia, Inglaterra y París, empleando en ella sus conocimientos adquiridosa desde la infancia, de la Biblia en hebreo, Homero, Esquilo, Sófocles, Apuleyo, Dante, Langland, Madame de Stael, y George Sand.
El gobierno de Italia y la Comuna de Florencia celebraron su poesía con placas conmemorativas en la Casa Guidi, donde los Browning vivieron durante sus quince años de matrimonio. Lord Leighton diseñó su tumba en el cementerio inglés, realizándose su escultura, no muy fidedigna, en mármol de Carrara, por parte de Francesco Giovannozzo. En 2006 la Comuna de Florencia colocó una corona de laurel sobre esta tumba para celebrar los doscientos años transcurridos desde su nacimiento
Tomado de Wikipeda
Cuando nuestras dos Almas.
Cuando nuestras dos almas se alzan firmes,
cara a cara, silenciosas, dibujando intimidades,
hasta que la extensión de nuestras alas se quiebra,
lacerando cada recodo, quemando cada curva.
Entonces ¿qué amargura de la tierra puede opacarnos
sin que en el otro encontremos eterno consuelo?
Piensa que, escalando alto, los ángeles nos contemplan;
deseando derramar una dorada, una perfecta melodía
sobre nuestro abismal y querido silencio.
Demoremos nuestros pasos por el mundo, amado mío;
huyendo del humor inestable de la humanidad
que aisla cruelmente a los puros espíritus.
Hagamos juntos un sitio donde permanecer de pie,
donde la felicidad de las horas sea amarnos por un día,
rodeados por la Oscuridad como única compañía.
Elizabeth Barret Browning.
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