Charles Bukowski

Charles Bukowski, licor sexo y submundos (LXV)

JAVIER MEMBA

Tras la noticia de la muerte de Charles Bukowski, acaecida el 9 de marzo de 1994, todos los autores de cuantas notas necrológicas dieron cuenta ella fueron a señalar que el óbito no se produjo a causa de la inveterada costumbre del escritor a la botella. El licor, junto con el sexo y el retrato de los submundos en los que transcurrió su vida -bares sórdidos, oficinas de desempleo, patios traseros-, constituyeron el único argumento de su obra. Pocos autores tan autobiográficos como él y pocos tan aplaudidos y acertados puestos a cultivar eso que ya empieza a ser una suerte de género dentro de la cultura estadounidense: la crítica del célebre sueño americano. No en vano, en uno de sus versos, Bukowski dejó escrito: «Estas y otras cosas demuestran que la vida gira sobre un eje podrido».

Nacido en Andernach (Alemania) el 16 de agosto de 1920, el futuro escritor habría de tener en su padre a su primer enemigo y en Los Ángeles, ciudad a la que emigró su familia cuando el pequeño Charles sólo contaba dos años, el Sigue leyendo

Pensando en ti, Kitaro

(Parte de mi novela «El Libro»)

Cuando te pienso.

No se que me pasa, cuando sólo te pienso,
quisiera disolverme en cada parte de tu cuerpo,
ser en los abismos de tus ojos,
arrancar de tu boca…
los besos todos, que nos debe el tiempo…

Que tu mano se desgrane en mis yermas,
en las lomas más extensas,
en cada curva o pliegue de mi tierra.
Que me bordes con la boca ¡todo el cuerpo!.
quisiera romper, todas las muertes que nos llevan la ventaja,
que me digas al oído, «tanto te he esperado»
y responder en silencio, la vida ahora, ya nada nos debe.

Sueño con tu boca… ¡como si fuera mi único alimento!,
con el calor de tu lengua destapando secretos en la mía,
hurgando en los rincones de mi urgencia.
Sueño con estar en tus cimas, adentrarme en tus silencios.
Ansío sentir tu mástil invadiendo mi universo,
que se rompa el cielo con mi llanto,
que se caiga el día con tu beso.

Quiero adentrarme en tu carne, que seas en la mía,
sucumbir en cada esquina de tu cuerpo.

Vida mía, has llenado de tal forma mi interior,
que me abrumo con tu solo pensamiento,
cada poro de mi piel esta en espera,
mi boca sedienta de tu urgencia
y me corre por la sangre una brisa ¡tan intensa…, !
cuál si fuera yo huracán…, y tu mi arena.

No sé que me ocurre, cuando en silencio te pienso…

Has llenado de tal fuerza los huecos de mis manos,
que ya no cabe otra piel en ellas,
me inmolo en tu mirada a cada instante,
en esos ojos profundos, silenciosos y quedos.

Quisiera derramarme en el cielo ¡una y mil veces!,
no tener cuerpo, ser etérea.
Deshacerme de mi boca y piernas,
de mi rostro, de mi cuerpo entero…,
y ser en ti, como el aire, ¡ETERNA!

 

Shantaram

Novelas, quién no ha leído una novela que te ha mantenido despierta hasta acabarla?, creo que a todos nos ha sucedido en algún momento. A mi me paso con dos, la primera hace algunos años, se llamaba ZANONI, llegaba a ser desagradable, quería dejarla descansar un rato pero ¡no podía!, quería seguir y seguir, hubiera asesinado a cualquiera que en ese momento me sacaba de ese, «mi momento», por ejemplo…, «¡¡a comer!!». Los odiaba, tenía que dejar mi preciado libro para cumplir tareas tan banales como comer. La segunda novela que me amarro como si fuera una esclava de sus paginas fue Shantaram, acá es donde por ahora me quiero detener, y pego un párrafo que la sintetiza muy bien:

«Un prófugo de una prisión de alta seguridad en Australia y llega a Bombay dejando tras de sí toda su vida anterior: una ex – esposa y una hija de la cual ha perdido su custodia. Su Sigue leyendo