Charles Bukowski, licor sexo y submundos (LXV)
JAVIER MEMBA
Tras la noticia de la muerte de Charles Bukowski, acaecida el 9 de marzo de 1994, todos los autores de cuantas notas necrológicas dieron cuenta ella fueron a señalar que el óbito no se produjo a causa de la inveterada costumbre del escritor a la botella. El licor, junto con el sexo y el retrato de los submundos en los que transcurrió su vida -bares sórdidos, oficinas de desempleo, patios traseros-, constituyeron el único argumento de su obra. Pocos autores tan autobiográficos como él y pocos tan aplaudidos y acertados puestos a cultivar eso que ya empieza a ser una suerte de género dentro de la cultura estadounidense: la crítica del célebre sueño americano. No en vano, en uno de sus versos, Bukowski dejó escrito: «Estas y otras cosas demuestran que la vida gira sobre un eje podrido».
Nacido en Andernach (Alemania) el 16 de agosto de 1920, el futuro escritor habría de tener en su padre a su primer enemigo y en Los Ángeles, ciudad a la que emigró su familia cuando el pequeño Charles sólo contaba dos años, el Sigue leyendo