La vida se parte en millones de trazos, los reales…, (y aún así no se ven)
Se pasean en tenue danza ante mis ojos,
mostrándome los dos o tres lados que posee
cada milagroso instante, sincronizando los tiempos
para que imaginemos que baila junto a nosotros.
Imaginamos – la – vida – en – un – largo – eterno
– e -interminable – espacio – tiempo.
(Y pareciera que se mueve ) y sin embargo,
todo acontece en – UN – solo – magnífico – instante
que une del primero hasta el último punto,
como un infinito e incansable juego de domino en cadena.
Cada movimiento determina el siguiente,
cada acción determinará la siguiente.
Y todo eso ocurre…, entre el cielo y la tierra
mientras mi faz sonríe.
Hoy tengo nostalgia del Santiago de antes, ese en el que nos movíamos con una mayor unión, tal vez por las carencias, las colas o incluso las tomas, ese Santiago que se rompió en el 73 y se rearmó de una forma distinta luego del golpe. Uno en el que mi familia (1972) perdió fundos y empresas por las tomas y nos dejó casi desnudos y con pocas ganas de empezar de nuevo, también de aquel Santiago en que murió un familiar torturado y nos quedamos con la rabia y la impotencia rompiéndonos la garganta, ((1974) he pasado por todos los senderos del dolor a través de la historia política de mi país) pero aún así, era un Santiago más vivo, menos individualista, más culto y luchador, uno con una mayor búsqueda y complejidad, creo que uno más aguerrido.
No hablo de política ni gobernantes o gobernados, tampoco guerrilleros o militares, hablo de gente cotidiana, de jóvenes, niños como yo, que jugábamos en las calles con nuestros amigos. Nos entretenía encaramarnos en los árboles a tirar pepas de guindas a los transeúntes, jugar al elástico o al «luche», ¡a las bolitas!, a entrar en tropel a una de las casas donde nos esperaba la madre de turno con un apetitoso vaso de leche con milo y galletas de avena recién horneadas. Ahora los niños viven encerrados en sus habitaciones amarrandose los ojos a un computador y haciendo festines con papas fritas y mac donalds. Extraño un Santiago donde los jóvenes tenían ideales, preferencias, uno en el cuál si se tenía edad para votar, lo hacían porque creían todavía en una política justa y no corrupta, donde se leía, donde se conversaba por horas con la familia.
Ahora nuestro querido Santiago, se ha convertido en una selva de sobrevivencia, sobrevivir al día, al transantiago, a la violencia, los bajos sueldos, y el desempleo, a la delincuencia, a los pagos de los créditos que se ofrecen a una clase media hambrienta de mejoras, «a sola firma». Los que no sufren de ese tipo de males, tienen otros, problemas tienen otras luchas, sobrevivir a las apariencias, al alza del dólar y la estética, dónde las prioridades son alcanzar o mantener las «cosas», cosas que a fin de cuentas nos dejan las manos vacías, la mente estancada, la palabra muda. Añoro un Santiago con gente viva, sin importar el color político o si se inca dos o tres veces en una iglesia con cruz inclinada o erguida, da lo mismo, quiero ese Santiago unido y alegre, aquel que nos entregaba esperanza.
Es curioso, la vida siempre en sus oleajes extraños nos tira a una orilla de tierras, en apariencia familiar, a otras nuevas.
Mis hijos están lejos y a pesar de extrañarlos como un animal (creo que es la mejor definición por la fuerza que eso encierra, respecto al sentimiento que me invade) me siento plena, plena de mi misma, estoy yo y mi alma, cruda y fuerte, inmensa.
Los caminos se me abren como amantes deseosos, y el silencio de las noches me habla. Mi hombre deja de serlo de un modo sutil casi impalpable, sólo estoy yo y el mundo. Las cosas materiales dejan de ser tangibles e importantes, sólo lo que no es tocable, pero sí aromático a mi humanidad, toma fuerza y me inunda de plenitud.
Tal vez por lo anterior, mientras venía manejando y cambiaba las emisoras en forma distraída el día me regaló esta canción, «Vuelvo», de Illapu, la escuchaba cuando era una adolescente de cabellos largos y armada con aros de piedras multicolores. Recuerdo mis luchas (nunca políticas, jamás la he comprendido) sociales o espirituales, luchas donde las armas eran la guitarra o la palabra.
Ayer jueves 13 de noviembre, se llevó a cabo la primera de varias tertulias literarias abiertas que hemos programado junto al poeta Manuel Andros, estuvo estupenda y nos dejó profundamente satisfechos.
Esta idea se gestó al ver la necesidad que existe en nuestro paìs de abrir un espacio donde se pueda juntar la poesía con un público que no estuviera, necesariamente, relacionado con ella. Pensamos que es imperativo abrir las páginas de nuestra poesía nuevamente, de otra manera, esta irá muriendo irremediablemente en la soledad de unas pocas plumas.
En esta época se da que los jóvenes exponentes han tomado como grito libertario la poesía, a través de ella expresan sus desacuerdos sociales, humanos, políticos y morales, lo que me parece fantástico, pero ¿qué pasa con los adultos?, que ocurre con esa parte de nuestra sociedad que ya esta sumergida en la cotidianidad de la vida, aceptando con una brutal pasividad los desatinos y desigualdades de estos tiempos. ¿Dónde se da cabida a la sensibilidad, que con un grito depresivo inunda nuestra clases sociales más Sigue leyendo →
He conocido a personas que gustan de la literatura, de la buena lectura y escribir de vez en cuando sin mayor oficio ni dedicación. Qu han participado en «Santiago en 100 palabras» y han ganado premios. Pienso que la mejor decisión de un ser humano es la que toma y no la que deja pasar de lado por pensarla descabellada. Creo que esta es una buena oportunidad parapartir.
BASES DE LA OCTAVA VERSIÓN DEL CONCURSO DE CUENTOS BREVES
«SANTIAGO EN 100 PALABRAS»
1. Podrán participar todas las personas con domicilio estable en Chile y chilenos viviendo en el exterior,
a excepción de los empleados de Plagio, Metro de Santiago y Minera Escondida.
2. La temática de los cuentos debe estar relacionada con la vida urbana contemporánea y/o la ciudad Sigue leyendo →
TALLER DE CREACIÓN LITERARIA RAYENTRU
Cuento y PoesíaDIRECTOR: Ricardo Gómez López
AGOSTO – DICIEMBRE 2008
INICIO JUEVES 14 DE AGOSTO
MUNDO DE PAPEL – Constitución 166 – Barrio Bellavista
Con 15 años de permanencia en el medio literario nacional, Revista Literaria Rayentru, reinicia su Taller de creación Literaria, cuento y poesía, dirigido por Ricardo Gómez López *.
INSCRIPCIÓN : $5.000 (incluye Tarjeta de descuento librería Mundo de Papel, y un ejemplar de Revista literaria Rayentru)
MENSUALIDAD : $18.000
CUPO MÁXIMO : 12 alumnos
INSCRIPCIONES : Constitución 166 (Barrio Bellavista),
o al e-mail: revistarayentru@yahoo.es
INFORMACIONES: Teléfonos: 283 85 00 – 735 04 11
CONTENIDOS BÁSICOS
1. Sesiones de lectura de trabajos realizados por los integrantes, con análisis literario y opiniones para propiciar el sentido de crítica y autocrítica.
2. Entrega de técnicas necesarias para el buen desarrollo de la creación literaria (tropos: metáforas, imágenes, simbolismos, etc.).
3. Apreciación de estilos y figuras más relevantes.
4. Redacción y ortografía.
5. Orientación para lecturas de poesía y narrativa de autores chilenos y extranjeros. Sigue leyendo →
Hoy, Santiago parecía un día cualquiera, menos miércoles, una ciudad de esas en que la vida corre más rápido, tal vez Madrid? quizás Nueva York…, sin embargo era el mismo miércoles de todos los miércoles y el mismo Santiago de Santiago de Chile, donde ves los rostros de la gente sedientos de vida, hambrientos de esperanza, no eran rostros de una ciudad proveedora y triunfante, fue sólo una ilusión óptica, un momento antes había pasado por el puente Lo Curro, desde ahí al mirar para abajo, los autos se ven más generosos, no hay transeúntes, no hay calles parchadas ni se ve la basura trepando por las veredas. Sólo se ven autos, con niños alegres. Tal vez con sueño, pero alegres.
A medida que avanzaba, el panorama se hizo más sombrío, una mujer cargaba a su hijo envuelto en una frazada, típico imagen de los barrios menos pudientes, (ellos no tienen empleadas) no se le veía la carita, seguramente para que no tomara frío, me pregunto? ese bebe no se pudo quedar en casa?, seguramente no, Sigue leyendo →
El escritor y el lanzamiento de un nuevo libro.
Hoy, esta noche, las calles se empaparon de letras, el pavimento estaba tibio a pesar del frío que esta entrando por las rendijas de Santiago, el otoño se hace notar ya en Chile, las ciudades en invierno se hacen, tenues, lentas, apacibles, como palomas desterradas de un océano cálido.
Sin embargo hoy…, ya de regreso con mi hermana, la única que me quiso o pudo acompañar a el lanzamiento de un nuevo libro que asoma a la vida en este Chile hermoso, me resbale por la noche a través de sus calles, y todo parecía más tibio. Me gusta respirar los días o noches cuando las siento así, vivos.
Mientras manejaba noté que mi hermana estaba un tanto pálida, con sus pequeñas manos apretadas y su boca con una mueca de desagrado, ésto, por la forma irresponsable, según ella, con la que yo conducía, obviamente yo no opinaba lo mismo, por el contrario, me encuentro una conductora osada Sigue leyendo →
Hoy fue un día raro, bueno, siempre lo son para mí. Hubo un evento importante en mi trabajo y tuve que arreglar más de lo usual mi cabello, pintar más de lo que me gusta mis ojos y disfrazarme de mundo, ser en lo cotidiano, en lo banal, ser para otros y que los otros se regocijaran en mí, en mi pelo y mis ojos, en la ropa que se resbala por mi piel, en el disfraz de mundo que engalana lo que me cubre…, y no me veían, ¡no me veían!, solo ven lo que les muestro, no lo que está, no lo que esencialmente és. Curioso, los seres humanos son muy curiosos. (somos, rectifico)
Es curioso, hoy, mientras rezaba todo se veía tan claro, y quise ser la llama que arde en la vela en esa quieta mansedumbre, en esa amorosa unión.
Recordé cuando hace unas semanas mientras estaba en la cordillera (en unas termas en el cajón del Maipo) y me cambiaba ropa en un baño, única infraestructura del lugar, me quedé pegada mirando unas polillas, bailaban enceguecidas alrededor de la única ampolleta existente en la punta de esa montaña, había mucho silencio, solo unas pocas personas en las pozas que me miraban a unos metros, de pronto me cuestioné, ¿cómo había llegado una polilla a esa altura?, de que se alimentaba?, como no se moría de frío?. De pronto veo a una que esta tratando de salir del lavamanos que estaba frente a mi, la tomé con cuidado y la deje en la tierra, se sacudió y se fue volando junto a las otras, a bailar alrededor de la luz. No había más existencia para esa polilla que volar alrededor de la luz, no veía toda la inmensidad que estaba a su alrededor, sólo seguía esa luz. Curioso…, me pregunto, ¿así nos perderemos de lo que ocurre en el universo cuando algo nos encandila?
La subida de la pirámide siempre tiene algo que entregar, o es un agónico avance del minutero o es un choque que te deja reflexivo, ¿si hubiera sido yo?. A medida que avanzo me afirmo en las decenas de rostros cansados, pensativos e idos. Cada uno en su propio y distante universo.
Los autos suben con una lentitud caótica, me entretuve mirándolos, como siempre, admirándome lo que pasa a mi alrededor, a mi derecha se desprende una tierra todavía con rasgos de pureza. A mi izquierda, siguen los autos gateando, cansados.
Elijo perderme en el panorama que me regalan los cerros; en ellos, diviso pequeños y lejanos senderos con una línea en movimiento, autos que parecen hormigas llevando como carga luciérnagas impacientes, dan una rara imagen de una tierra aún viva. Me admira el juego de contrastes, es como si la ciudad estuviese trepando silenciosa sobre la tierra mientras con disimulo, le da mordiscos angustiosos para seguir alimentándose, arrasando poco a poco con la bravura casi extinta que ésta tan porfiadamente cuida.
Y yo, yo miro todo eso mientras pienso, ¡Por Dios!, si somos tan frágiles y nos creemos pequeños Dioses con cascos de arquitecto jugando a contruir el mundo.
Hoy en la mañana me fui al cerro, lamentablemente no llevé mi cámara, siempre trato de andar con ella para captar una imagen que me conmueva por su belleza o por su fuerza, un niño en la calle, de esos que piden algo que tu tienes y ellos solo sueñan, un animal, un paisaje, para captar el amor, me encanta ver esas parejas que se nota a través de cada uno de sus poros, cuanto se aman, que a pesar de llevar miles de años juntos, todavía hay luz en sus miradas y caminan agarradosde la mano, para recoger la vida, esa vida simple y sin grandes adornos que nos rodea día a día.
En fin, llegué a la entrada de P. de Valdivia, hoy había más gente que nunca, era impresionante la cantidad de personas, de todas las edades, de todos los tipos, de todos los portes, la mayoría bien empinadas en sus bicicletas, algunos subiendo, otros preparándose para partir, otros como yo, Sigue leyendo →
El otro día conversando con un amigo escritor, discutíamos ¿porqué escribimos?, cuando la gente nos dice, ¡que maravilla estar enamorados! después que leen un poema de amor o esos romanticones o un tanto eróticos, que posteamos, pero la verdad, es que la mayoría de las veces, no se esta ni enamorados ni se esta pasando por un estado de temperatura elevada, al menos en mi caso.
Yo escribo porque me hace bien hacerlo, porque siento que puedo respirar con mayor soltura, porque imagino cosas, por ejemplo, cuando pienso cuanto ha de amarse una pareja que veo cruzar por la calle cargando más de ochenta años cada uno en su espalda, y unos cincuenta en conjunto, y todavía se respira el amor que hay en ellos, o porque al caminar por un parque veo una pareja que se ha olvidado del mundo mientras se besan y abrazan casi olvidándose que están en un lugar publico, y la gente pasa, y yo paso y los miro con rechazo, bueno…, solo unos instantes luego esbozo una sonrisa maliciosa y llena de envidia.
Porque tengo mis desvaríos con aquello que es ideal, la palabra. Me gusta hablar con ella, porque la tomo, la visto con ideas, con sensaciones, a veces también me pongo más lasciva y ella me acompaña silente y decidida. Me gusta imaginarme a las personas, aquellas que conozco y las que no, me gusta preguntarme ¿que vida llevarán, serán felices?, ¿Cómo será ella?, la amaran?, será feliz?, ¿como será él?, será dulce, profundo, será, será…será…y sale una historia o tal vez incluso salga un «solo imagina».
Creo que por eso escribimos, por eso escribo, para poder juntar la realidad con la ficción en un abrazo silencioso.
El día parecía hermoso, el verde de los prados abrigaba mis pies, el café de la tierra se habría a mis manos y el silencio acuchillaba las esquinas de las calles, luego el peso de unos ojos se cayo en mi faz rasgando mi cuerpo, desgranando mis dedos y como lirios rotos cayeron en inmensa mesura sobre abismos de piedra. Y dejóme ahí… tan quieta, casi ausente, casi muerta.
Ayer tuve que ir al centro de Santiago, tenía una reunión a las siete de la tarde con mi editor, tomé la costanera y en 10 minutos estaba llegando a los estacionamientos subterráneos, opte por el de Santa Lucia, siempre me ha gustado esa parte de la zona céntrica, me trae recuerdos. Por muchos años trabajé en pleno centro, y a veces, con el tumulto de gente y las presiones del trabajo sentía que me asfixiaba, era entonces cuándo llamaba a mi amigo Miguel Ángel , un exitoso empresario que tenía sus oficinas al otro lado del cerro, el era amante de la buena poseía, de las primeras ediciones, de las buenas conversaciones y además, pertenecíamos a la misma escuela iniciatica, ósea, estábamos muy unidos, – ¿almorzamos en el cerro?, le dije con voz de suplica, – ¡voy!- , él siempre estaba ahí para mí y partíamos con un par de sándwich comprados al paso y Sigue leyendo →