Desvaríos


Mordaz y alegre se ha vuelto mi lengua, como si fuese una rosa salvaje que atrapa con su color y hiere con sus espinas, mordaz se ha vuelto mi pensamiento ante la locura del mundo, ante la mía, ante el desatino del hombre, ante el mío.
Vago entre ideas e ideales absurdos, entre la pobreza que me hiere olerla, ante la riqueza tan desproporcionada, ¡tan desproporcionada!. Ambos bailan como payasos incoherentes ante mí, los miro desde una orilla, no permito que me toquen, me haría débil.
Mordaz y alegre se hacen mis pasos, mordaces e indulgentes cuando respiro  a los que me circundan, alegres cuando estoy sola.

Necesito escapar del mundo ¿Me estaré convirtiendo en un animal salvaje?, tal vez, no me sorprendería nada.

Como dice Delmira, «me abismo en una rara ceguera luminosa», en mi caso, creo que esa rara ceguera me esta dejando ciega la palabra.

 

3 pensamientos en “Desvaríos

  1. Saludos Patricia, supongo que todo el mundo necesita de vez en cuando esa ceguera no se puede soportar tan de seguido la luz, hiere a muerte y deja seca el alma es mejor esconderse un tiempo.
    Feliz destierro pero… ¡ vuelve!.

    Un beso desde España.

  2. Querida Patricia. Todo parece indicar que una extraña epidemia de tristeza nos afecta a varios. Esta es una de esas tardes propicias para llorar despacio. La vida aprisiona a los sensibles y a los distintos, no les deja demasiados resquicios para respirar… Supongo que la paz es un pequeño lago tranquilo en el cerebro, aquí arriba, aquí dentro. Un charquito que si lo movemos demasiado ya no se recupera nunca. Se apodera de ti un impulso de mirar a ningún sitio. Dirección cero.

    Y mientras esto sucede y creemos que nada tiene arreglo, los poetas –las poetas como tú– nos ofrecen su palabra para poder sobrevivir… Como siempre, Patricia, como siempre: palabras para poder sobrevivir.

    Un abrazo.

    Luis

  3. Asi es amiga, creo qeu todos necesitamos eso de vez en cuando, Un abrazo.

    Luis, ayy, luis…

    No es tristeza, es una rara sensación que a veces llega, es provocada por el hastio, por la desigualdad que no me toca pero pasa frente a mí y me afecta, por la ceguera de algunas personas, por el temor de otras, en fin, hay tantos motivos, pero todo pasa, somos tan transitorios como nuestras emociones.
    Un abrazo.

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