Unión con Dios
Empezar por lo pequeño
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Un asceta meditaba profundamente en su cueva cuando se sintió molestado por un ratoncillo que se puso a roer sus ropas.
-Márchate estúpido -dijo el ermitaño-. ¿No ves que has interrumpido mi meditación?
-Es que tengo hambre -contestó el ratón.
-Llevaba más de treinta días de meditación buscando la unidad con Dios y me has hecho fracasar -se lamentó el ermitaño.
-¡Cómo buscas la unidad con Dios si no puedes siquiera sentirte unido a mí que sólo soy un simple ratón? -respondió el roedor.
Esto va especialmente para los que se golpean el pecho los domingos en misa y no practican la compasión.
Muy bueno; la unión mística opera en todos los planos, desde el inferiior hasta el superior…
Muchos saludos, Pat;
Aquileana 🙂
También los hay que ni van 😉
muy buena moraleja
Si Aquileana, creo es una buena moraleja y también como tu siquemyasser, pienso que poco importa, pero, a la larga sólo importa lo que tu des o hagas, o no?
Un saludo,
Patricia
A mí lo que me horroriza es la ceguera del ermitaño, pues me huelo que su ceguera es mi ceguera, y que la compasión no existe más que en la mentira cuando no eres capaz de amar(te).
Saludos!
Kleefeld, es para largo lo que planteas, coincido que el peor de los vicios espirituales es la ceguera, simplemente no eres capaz de ver lo que a luces esta ahí, gritandote, «tomame», soy la luz que arde en ti, pero por otro lado el comprender que se es ciego, es un avance, más sabe el que comprende y no práctica que el que no es capaz de ver.
La compasión? qué es la compasión realmente?, para mí es tener la capacidad de ser en lo que miras, aún cuando no lo ames pero si por un instante logras sentir lo que ese ser humano o animal estan viviendo o sintiéndo, ya eres capaz de compadecerte porque conoces el sufrimiento que esta viviendo. No sé si me explico, hoy estoy muy cansada y poco clara jaja, pero veremos.
Un abrazo, Patricia