Hace varios meses vendí mi antigua cabaña en Laguna Verde, ¿Cómo explicar las sensaciones que experimenté después de firmar los papeles, teniendo la certeza que algo ya no te pertenece, que ya no formas partes de esa realidad. Tal vez es parecido a tocar la túnica de la muerte. Te falta un poco el aire, nada encaja, ¿que algo se escapa y no lo puedes retener?. Creo que era un poco de todo lo anterior y la verdad es que no era la casa, era lo vivido en ella. Dejar los árboles con los que entablaste diálogos eternos, el amor por cada flor plantada y lo entrañable que te daban. Ese parloteo incoherente que tienes cada día con todos ellos. Sigue leyendo
Archivo de la categoría: Diario
MASIA AL ANDREVA
Estando en España ya un tiempo, y a pesar de que vivimos en una montaña, tal vez tratando de buscar lo más parecido a Laguna Verde, ya saben, ese paraíso al que tanto amo, donde los bosques y el mar silban sin ninguno apagar la armonía del otro, decidí arrancarme aún más alto. Llegó a mis manos la oportunidad de tomar un taller de cocina (mi pasión, no mi misión) en una masia, y he quedado asombrada. Sí, creo que es un buen término para expresar lo que he vivido. Asombro es cuando llega a ti algo inesperado, en este caso, bellamente inesperado.
Después de caminar una hora y media con mucho sol y todo en subida, (había que dejar los autos al pie de la montaña), comprenderán como llegué, sí, echa un harapo, roja, apenas respirando pero viva, no muy digna pero viva. Cuando llegué me sorprendió la “casa”, en Sigue leyendo
El perfume
Solía comprarme o pedir que me regalaran perfumes, ¿cuáles?, variaban, dependiendo de la época, los procesos en que estaba, la ocasión. Fueron muchos, nunca florales, siempre amaderados.
Hace muchísimos años, en un viaje a Dubai me compré un pequeño frasco que decía “Opium”, me encantó, vidrio transparente, tapa negra y casi del mismo tamaño del frasco, unas pequeñas líneas doradas. Lo cuidé y mimé hasta que lamentablemente se acabó, nunca pude encontrarlo nuevamente, no ese.
El año pasado en India me llamó la atención las tantas tiendas; pequeñas y grandes, antiguas, modernas, atiborradas y sobrias, había para todos los gustos. Vendían aceites, perfumes, inciensos, todo aquello que deleitara el olfato. Pensé que tal vez era el momento preciso para retomar mi búsqueda. Pregunté en cada ciudad que pasaba y por cada pequeña tienda de aceites o perfumes que se cruzaba en mi camino; “tiene perfume o aceite esencial de opio?”. Olí muchas variedades, abrían frascos pequeños, medianos, viejos y brillantes, pero ninguno de los aromas que volaban por el aire me tocaba el corazón, bueno, hasta que uno lo hizo.
Era una pequeña tienda casi escondida en un viejo callejón de Udaipur. La gente pululaba en un caos continuo, como en apariencia es India, los olores de los carros y tiendas de comidas trataban de tragarse todos los otros aromas que salían Sigue leyendo
India. Crónicas.
India, un viaje al interior.
Por fin puedo subir estas líneas. El internet del que dispongo no me permite subir algunas fotos, lo haré apenas pueda. Cariños.
(Gracias a mis compañeros de viajes, fueron los mejores. Carmen Gloria, Govinda Bava y mis guardianes)
«Govinda, nos esperaba con sus ojos limpios, una sonrisa amplia, gesto afable. De cabello largo y ralo, la barba blanca casi le tocaba el plexo. FB sirve para algunas cosas, no fueron necesarias mayores introducciones, nos saludamos con afecto de inmediato.
El aeropuerto no era como lo imaginaba, pequeño y desordenado. Salimos rápidamente en Sigue leyendo
Mientras sigo mi viaje
En este momento estoy en Cambodia, cansada, transpirada como un mono. Tratando de conectarme de mandar algunos correos. De mi querido blog, de ustedes mis amigos.
En esta ciudad, Siem Reap, ha habido de todo. A ratos totalmente dispersa y otros, en un maravilloso silencio, observo. Lo observo todo y todo me admira y sobrecoge. El templo de Angkor es …., como describir algo así, sobrecogedor, sí, sobrecogedor cuando logras encontrar un espacio para sentirlo y ser en él. Los turistas son miles, asfixian. Pero aparte de ellos, es imponentemente, grandioso.
Si puedo, si el internet que dispongo en este momento me lo permite, subiré parte de las crónicas de este viaje, son largas, así que veamos si tienen un rato de oscio para leerlas, sino, ya les contaré m[as abreviadamente.
Namaste desde Cambodia, Siem Reap.
Rezar
Hoy, después de tal vez, ¿tres años?, recé como lo hacía “antes”, cuando transitaba por el camino del filo de la navaja. Dónde la rosa se va abriendo lentamente en tu corazón mientras caminas sobre las espinas.
En nuestra casa de campo en Pirque, construimos una habitación que se suponía sería un estudio para todos, pero apenas estuvo terminado me enamoré de ella y me la apropié. Todo fue especial en ese cuarto, podrían salir muchos relatos para compartir, pero por ahora hablaré del rezo.
La magia se dió en esa habitación desde el comienzo. Por un diminuto espacio que quedó entre el marco de la ventana y la pared de ladrillo, cuando el verano llena de fuerza la naturaleza, una diminuta hoja de una enredadera se abrió camino, sin que le prestara mucha atención en cosa de días, comenzó a deslizarse por las paredes, luego las vigas, hasta que todo el techo de la habitación estuvo cubierto con grandes hojas llenas de vida. Y así quedó por mucho tiempo. Luego me decidí y pinté el vidrio de una de las seis hojas de las Sigue leyendo
Diario
El Sábado me fui al cajón del Maipo, necesitaba hacer algunas cosas además de cargar las pilas para la semana. Me acompañaron un par de amigas, ellas querían cosechar rosa mosqueta, (una de ellas hace una mermelada fantástica), así, mientras ellas peleaban con el fruto ya que tiene un montón de pequeñas espinas que luego no tienes como sacarlas, yo me dediqué a explorar. Recordé mis veranos en el sur, específicamente en Conguillio, solía perderme por horas en esos cerros, parecía que toda la naturaleza me hablaba. Decidí subir un poco más, de pronto los arbustos dieron paso a unos hermosos eucaliptos, apenas los vi me acordé de Milla, como no, van para ella estas pocas fotos.
Diario
Hace un par de noches viví algo que siempre pensé ocurriría al resto, eventos que te chochan por lo invasivo; me robaron el auto de la puerta de mi casa… ya no tiene importancia el hecho en sí, las cosas materiales vienen y van y nunca se sabe por qué ocurren, simplemente pasó y hay que esperar que viene de regreso.
El punto importante es esa sensación horrible que te queda después, cuando tratas de cerrar los ojos y comienzan a aparecer imágenes, sensaciones, sentimientos que no te gustan. Notas reacciones en las personas que te rodean, analizas lo que recibes…, lo que das. Lo que puede un acto que no debiera ser tan importante, violentar tu vida.
Cómo de una manera extraña ese pequeño incidente provoca un movimiento que puede hacer que el cauce por donde transitan tus días, tome un leve giro, uno que te remueva para darte otra visión o perspectiva. Cómo cada pequeño incidente, a veces, puede producir un cambio total en tu cielo.
La vida sigue, el auto apareció (no muy bien, pero apareció) y el río por donde fluyen los días se va abriendo… y a pesar de todo eso…, me siento inmensamente feliz porque aún tengo los ojos abiertos.