Diario


Hace un par de noches viví algo que siempre pensé ocurriría al resto, eventos que te chochan por lo invasivo; me robaron el auto de la puerta de mi casa… ya no tiene importancia el hecho en sí, las cosas materiales vienen y van y nunca se sabe por qué ocurren, simplemente pasó y hay que esperar que viene de regreso.

El punto importante es esa sensación horrible que te queda después, cuando tratas de cerrar los ojos y comienzan a aparecer imágenes, sensaciones, sentimientos que no te gustan. Notas reacciones en las personas que te rodean, analizas lo que recibes…, lo que das. Lo que puede un acto que no debiera ser tan importante, violentar tu vida.

Cómo de una manera extraña ese pequeño incidente provoca un movimiento que puede hacer que el cauce por donde transitan tus días, tome un leve giro, uno que te remueva para darte otra visión o perspectiva. Cómo cada pequeño incidente, a veces, puede producir un cambio total en tu cielo.

La vida sigue, el auto apareció (no muy bien, pero apareció)  y el río por donde fluyen los días se va abriendo… y a pesar de todo eso…, me siento inmensamente feliz porque aún tengo los ojos abiertos.