Diario
El Sábado me fui al cajón del Maipo, necesitaba hacer algunas cosas además de cargar las pilas para la semana. Me acompañaron un par de amigas, ellas querían cosechar rosa mosqueta, (una de ellas hace una mermelada fantástica), así, mientras ellas peleaban con el fruto ya que tiene un montón de pequeñas espinas que luego no tienes como sacarlas, yo me dediqué a explorar. Recordé mis veranos en el sur, específicamente en Conguillio, solía perderme por horas en esos cerros, parecía que toda la naturaleza me hablaba. Decidí subir un poco más, de pronto los arbustos dieron paso a unos hermosos eucaliptos, apenas los vi me acordé de Milla, como no, van para ella estas pocas fotos.
Querida Patricia: Estas fotos me han sorprendido gratamente por su dimensión del espacio, por la profundidad del paisaje que muestra y por el juego de luz que hay en ellas… En mi interior se ha despertado, al contemplarlas, una cierta nostalgia visual y sentimental.
Creo que posees ese ‘sentimiento’ del paisaje que los románticos descubrieron, tanto en las imágenes como en la poesía.
Un abrazo.
Luis querido, que grato es verte por acá, tanto tiempo!!. Me alegra mucho que estas simples fotos te hayan gustado, algunas de ellas las tomé pensando en nuestra querida Milla, tiene nostálgia de los coquitos de los eucaliptos jeje, es entendible, huelen tan bien.
Un fuerte abrazo para ti. 🙂
BRRRRRRRRRRRRRRAVOOOOOO!!!!! Bis, bis, bis!!!! Wow, gracias queridísima. Cada vez que veo esas cinco letras de mi nombre en tu blog, no sé por qué, me da un poco de «plancha», regreso unos segundos a los tiempos lejanos en que era tímida, supongo que como decía mi tía-abuela: Donde ha habido, siempre queda. Gracias por las fotos y por el espectacular slide-show! Nunca había visto «en persona» las rositas mosqueta… vi los botoncitos y pensé que eran rosas, pero como medias raras. Ahora entiendo. Los eucaliptos están preciosos, cómo añoro esas hojas azules…. son tan….! [suspiro de añoranza]. Y el coquito!!!! Jajaja! Eres un amor. ♥ Me encanta ese sitio, la casa, un sueño…. Sabes que viendo las fotos se me ocurre que lo que nos ha enredado a todos los jardineros, más que la poesía, la música, las historias y las tonteras, es como la necesidad de espacio abierto / Vida que tiene cada uno a su manera. En eso coincidimos todos, hasta ya-sabes-quién! ¿Será cuestión de edad? Ah, no! Porque a Iña y Cris también les pasa y son unos bebecitos. Uuuf, qué alivio! Gracias de nuevo. I love you.
jaja, mira Millina, te imagino de cualquier forma menos ruborizada.
Sí, me imagino que de pronto tendrás añoranzas, en cuanto a la rosa mosqueta, síiiii, habían muchas y no te imaginas el trabajo que dan hacer mermelada, pero tengo una amiga abnegada y laboriosa, ella hace y luego da un poquito. Como te dije, te prometo que cuando vaya (todavía no tengo fecha) te llevaré una bolsa de coquitos. Un abrazo apretadito para ti.
Pues te falta conocerme 😳 un poco…
Espero con ansias.
No sé qué le haces a tu blog, pero cada vez que vengo, encuentro todo diferente y por lo tanto NO encuentro nada. 😦
Patricia: Había visto y creo que en algún minuto (antes del terremoto) comenté en tu blog. La verdad es que no te seguí leyendo porque la foto que tenías de cabecera me perturbaba un poco. Qué bueno (para mí) que las has cambiado.
Comparto contigo la fascinación por los eucaliptus. De donde yo vengo, bordean la cañada en la entrada a mi pueblo natal y un barro negro se forma a sus pies, por la descomposición de las hojas. Tengo preciosos recuerdos condicionados al olor del eucaliptus. Varias veces lo he mencionado en mis escritos.
De la mermelada de mosqueta, un tip, al recogerla asegúrate de tener agua caliente cerca, eso abre los poros y ayuda a eliminar las espinitas de la piel. Al hervir los frutos, hay que esperar hasta que se «revienten» y luego tibios los cuelas con una tela de saco de harina que se va estrujando en la medida que los vas apretando. Es una buena joda hacer mermelada de mosqueta, pero por Dios que rica es con panqueques de papas ( que se hacen fritos, con papa rallada, harina, huevo y sal y 300 mil calorías en cada uno) o con croissants (mediaslunas) o con pan con mantequilla calentito.
Un saludo y te agrego a mi blogroll
Chie… se me había ido contestarte como corresponde. Mira lo que son los gustos, no sabes lo que me gusta la cara de esa anciana, por eso la tuve tantos años como avatar, tal vez vuelva a ella jaja. Pero no la pondré en la cabecera, lo prometo.
Veo con claridad la imagen de la que hablas del eucalipto, casi toda mi niñez la pasé de alguna manera en el campo, primero cerca de Molina, no sé si conoces, luego en el cajòn del Maipo en San Alfonso, ahhh, ahí lo pasé muy bien, corriendo a «pata pelada» con mi hermana y unos cinco perros por los caminos que nos llevaban al río, cruzábamos un bosque lleno de una variedad inmensa de árboles autóctonos, también eucaliptos. Ahhh y gracias por la receta, se la daré a mi amiga porque yo ya deje la època de hacer mermeladas, cada minuto libre que tengo, lo aprovecho en leyendo o escribiendo… etapas pues!!.
Bueno, un fuerte abrazo para ti, estas en Puerto Varas verdad?…