Rezar
Hoy, después de tal vez, ¿tres años?, recé como lo hacía “antes”, cuando transitaba por el camino del filo de la navaja. Dónde la rosa se va abriendo lentamente en tu corazón mientras caminas sobre las espinas.
En nuestra casa de campo en Pirque, construimos una habitación que se suponía sería un estudio para todos, pero apenas estuvo terminado me enamoré de ella y me la apropié. Todo fue especial en ese cuarto, podrían salir muchos relatos para compartir, pero por ahora hablaré del rezo.
La magia se dió en esa habitación desde el comienzo. Por un diminuto espacio que quedó entre el marco de la ventana y la pared de ladrillo, cuando el verano llena de fuerza la naturaleza, una diminuta hoja de una enredadera se abrió camino, sin que le prestara mucha atención en cosa de días, comenzó a deslizarse por las paredes, luego las vigas, hasta que todo el techo de la habitación estuvo cubierto con grandes hojas llenas de vida. Y así quedó por mucho tiempo. Luego me decidí y pinté el vidrio de una de las seis hojas de las ventanas, fue uno de mis primeros intentos de vitral, debo confesar que quedó hermoso, cuando el sol pegaba por ese lado, la luz llenaba todos los rincones con reflejos coloridos y matices delicados.
En una esquina puse una pequeña mesa, sobre ella un mantel blanco, y sobre éste un candelabro con una vela virgen, algo de almizcle en un pocillo, un poco de incienso blanco en otro, (algunas ocasiones lo dejaba quemar sobre una barra de carbón y en pocos minutos llenaba toda la estancia con un humo blanquecino y de olor agradable), por supuesto que con fósforos, jamás encendedor y mis ganas de hablar con ese Dios mío, uno que no pertenece a ninguna religión y tiene un poco de todas.
Subía entregada y devota casi a diario, cerraba con llave, prendía la vela, juntaba las manos y me entregaba con tanta devoción como era posible a esa sensación que me invadía. A ese Él que latía en mi interior. Él, sin forma y lleno de ellas, y yo, diminuta y sumisa, despojada de toda emoción y sentimiento, vacía de todo para recibirlo entero, entero y completo en mí.
Es tan difícil traspasar las experiencias, sobre todo estas tan íntimas, donde los seres humanos nos acercamos a una divinidad que nos hace la vida más explicable y nos da fuerza para soportar, en algunos casos, dolores impensables.
Hoy, después de tanto tiempo, recé así, con todos los elementos que me acompañaban antaño, con la misma devoción y entrega, con el mismo amory comprobé una vez más que el tiempo no existe, son simplemente saltos entre los puntos que marcan una existencia.
Patricia, me encantó el término me apropie pero dijisteis de fué la idea,me parece que esa habitación entrega un reflejo de descanso para ti, me he dado cuenta que tienes virtudes de pintora, me alegra que compartas cosas propias, saludos de un seguidor lector y además veterano.
que lindas palabras… siempre escribes como si tu alma hablara.. conozco muy bien ese cuarto del que hablas… cuando nombran pirque retrocedo en el tiempo y solo pienso en la dicha que tuve mientras viaje durante casí dos años a diario para allá…
aunque ya perdí la cuenta del tiempo que no te veo, al leer tus palabras pareciera que ese tiempo hubiera sido solo ayer….
Un abrazo….
Lore
pesa… me hiciste llorar con eso de corazón de princesa….
ojala nos veamos pronto… 🙂
Sinbalas, no sabes lo que extraño esa habitación en realidad todo Pirque, me imagino lo conoces. Me vine a Santiago por mis hijos, entraron a la Univ. y tuve que dejar en stanby ese lugar que añoro tanto. Tal vez pronto… tal vez.
Lorenita linda, que alegría es verte por acá, creo que nunca habías visitado mi blog jaja. Fue una hermosa etapa no lo crees?. Un abrazo para mi niña, la del corazón de princesa. 🙂
Adorable amiga Patricia, muy lindo Pirque se que regresarás yo vivo en Viña del Mar amo Viña y trabajo como Constructor Civil acá, estudié en la Cato y soy Institutano,tengo un postgrado en Quantity Surveyor (Ing. en Costo de Constru.),tengo dos hermosos hijos uno en Química y Farmacia y otro en Ingeniería Industrial, ambos nacidos en Sidney y un agrado ser tu amigo. Me estas deshuesando de apoco, admiro tu sutileza.
Querida Pat: Qué reconfortante saber que en algún lugar, en cierto momento, alguien especial puede encontrar la paz, y dejar de percibir el transcurrir del tiempo entre el incienso y los manteles blancos, bajo el manto siempre manso de la luz…
Aquí todo es metralla y sangre, es injusticia y clavos en los pies para andar por la vida.
Donde tú estás, permanecí un momento para empaparme de paz.
Mi esimado mmm… amigo viña marino, dejemoslo así mejor. Te prometo que no ha sido mi intención «deshuesarte», pero me alegra saber algo más, trato de ser lo màs transparente que puedo en este medio, como en la vida misma, de otra forma nos convertimos en formas y dejamos lo importante, así que se agradece que me hagas parte un poquito de ti. Uno de los míos esta terminando Industrial y está ya sufriendo con el mundo real jja, pobrecillos. Pero bueno, es la vida. En cuanto a Viña, nuestro querido amigo bloggero Luis es tambièn de allà, de pronto sin darse cuenta se crucen por algun camino, yo tambièn amo Viña y voy muy seguido. Tal vez un día que vaya te avise y compartamos un café. Mientras tanto, sigamos compartiendo esto tan maravilloso, las letras y el mundo de las ideas.
Un abrazo.
Mi queridísima y valorada amiga Liz, se lo sensible que eres, se cuanto luchas por lo que crees y por eso me duele tanto leerte. Amiga mía, de verdad te digo, cada país, como cada persona tiene un karma y un destino, en la medida que cada uno de Uds., mis queridos hermanos mexicanos crezcan como individuos conscientes, ese dolor irá transmutándose, desapareciendo y dando lugar a algo mejor, al menos rezaremos por ello. Pero te entiendo, vaya que te entiendo.
Un fuerte abrazo para ti!!!!
Debo confesar que me ha emocionado, no tanto lo que cuentas, que ya de por si es delicioso, sino como has logrado transmitir la paz, el bienestar, el recogimiento interno que te produce ese lugar casi mágico, que me trae a la mente los clásicos rincones donde se ubicaban los dioses familiares de las antiguas mansiones romanas.
Creo que ese Dios tuyo, que como bien señalas no pertenece a religión concreta alguna sino que es propio de un sincretismo espiritual, es un poco el de todos los que no nos sentimos parte de ninguna iglesia en particular.
Ojála regreses algún día a tu entrañable Pirque, pero aún sin hacerlo que mantengas esa mágica sensación.
Un abrazo.
Me alegro que te haya llegado esa imagen Ernesto. Y sí, seguramente volveré, la tierra y la naturaleza son mi verdadera morada, tengo que volver a ella. Un abrazo.
Me ha encantado como has descrito tu contacto con la Divinidad. Por si no lo conoces te recomiendo el libro: «Reconectando la Energía del Amor» de Phyllis Krystal donde nos habla de la Consciencia Superior siempre dispuesta a escucharnos y ayudarnos en todo. No te imaginas como te puede iluminar para tomar una decisión en un momento determinado.
Me encanta tu Blog.
Un caluroso saludos desde las sevillasssssssss
¡Y volví a rezar una vez más! las palabras discretas son las que se convierten en elegantes cuando salen del alma, la misma que nos sostiene y nos da la esperanza de volver a mirar el cielo y agradecer una vez más, como ud misma lo dice, Su Dios, el que de distintas formas se aprecia y se percibe en el aliento de un ser que ve en la vida la obra más maravillosa.Y me transporte cuando párvulo en la compañía de mis padres juntaba mis manitas y aclamamos al de arriba, por nuestra familia, por los que se adelantaron y mas aun por los que de una forma piden y no hay para ellos.Y es verdad que nosotros los seres humanos nos reencontramos con nuestra divinidad cuando se está en calma, cuando en el silencio las palabras gritan y las oraciones suben sacudiendo los miedos y dejando los rastros de una tranquilidad sin igual.Hoy volvi a prenderme de sus letras, de sus cantos y de sus aves..muchas gracias por ese don de traspasar el sentir sin igual de una persona que ama en demasía.Su amigo de la eterna sonrisa y Enamorado de la vida
Edgar Landa Hernandez..
desde mi bello xalapa, veracruz, México
Dulce Edgar, leerte es agradecer. Que bueno que tu rezo tocó el mío, de eso se trata todo, de saber que todo y todos estamos tan unidos. Que siga la danza de tus letras orquestando melodías no creadas. Un abrazo.