Días de claridad


Entre esa ventana vacía, y el mundo que se agita a mi lado, hay tanto…

 

Entre esa ventana vacía, y el mundo que se agita a mi lado, hay tanto…

Hoy fue uno de esos días, aquellos que son raramente completos, sutilmente completos.

Te das cuenta de ello cuando te levantas y corres con letanía y sin mucha esperanza  las cortinas que cierran la luz del día, (ignorantes  del poder que viene en ella),  haces a un lado la somnolencia que se arrastra por tu cuerpo como una ola mansa y miras, miras como se abre todo ante ti, como en una película mágica ves el real significado de las cosas, la importancia de cada una de las personas que habitan y caminan por y en tu vida.

Las jerarquías con las que cada ser humano mueve las piezas de su juego de ajedrez, los horizontes, lo tanto que viviste, los dolores, lo aprendido, ¡lo tanto que te amaron!, (como si fueras única).

Ves, como si estuviera parado frente a ti, el placer de haber escalado la más alta de las montañas, donde  el goce golpeó tu rostro como una ráfaga de tibio viento, donde llegaste a la cumbre donde mora el dolor, aquel que no te deja respirar, aquella cima donde clavaste  la bandera del gozo, el de la dicha más completa.

Lo curioso de todo…, es que tal como la luz llega en chispazos, así de rápido se va.

Pero aún así, permanece la dicha de que por un instante de develada consciencia miraste, y el camino se abrió  ante ti con matices nuevos, viste vaciarse el sol en cada una de las plantas que dieron movimiento a tu vida, miraste las copas que contuvieron como aguas vivas a todo y todos los que amas con sus dulces imperfecciones y sus tristes falencias.  Viste lo tanto que has recibido, lo que has dado, lo que eres. Luego,  te das vuelta y emprendes una vez más el día creyendo mantener esa visión, crees que permanecerá en ti esa armonía y comprensión que abrieron por un instante tus ojos. Los ojos con los que vemos aquello que no se toca. Y a pesar de ello, hoy fue un día de rara claridad.

6 pensamientos en “Días de claridad

  1. Los caminos recoridos, los viajeros con los que compartiste alguno de estos senderos, los paisajes que admiraste, las tormentas que sufriste… esos son los cimientos de la vida.

    Y si el trayecto recorrido nos hizo felices, aún queda un camino más amplio, más esplendoroso; solo hay que ir saboreando cada etapa.

    Me ha encantado tu texto, y como ves, me ha hecho reflexionar, gracias Patricia.

    Un abrazo.

  2. Fuera de lo que dijo el Gran Maestro, me sumo, …. leer este relato fué como hojear el libro de la vida y ver como el viento que tiran las hojas del libro al correr las hojas, te ventilan la cara de verdades, me inclino ante ti Patricia.

  3. Estimado Ernesto, como dice nuestro amigo Sinbalas, tus comentarios siempre se convierten en una interesante reflexión. Gracias por pasar.

    Amigo Sinbalas, que lo de sin balas no lo creo, me alegran tus visitas y comentarios, se agradecé y aprecia.
    Un abrazo a ambos.

  4. Cada vez que leo algo que escribes, Patricia, viene el mismo pensamiento a mi mente, es como tus cortinas, como una letanía. El pensamiento es «qué hermoso!». Y no importa la emoción que impregne tus palabras, se trate de entusiasmo vibrante o de tristeza o de dolor, el pensamiento es idéntico en cada caso: qué hermoso. Me ha pasado muchas veces eso de tener repentinamente una luz de comprensión sobre la vida, una idea, una conclusión que todo lo explica y que creemos poder agarrar, triunfantes, por el cuello, pero qué va… las ideas son de un aire más transparente e inmaterial que el propio aire, y así se van. Pero antes de irse, desempeñan sus milagros instantáneos y nos cambian en una parte pequeña o muy grande. A veces nos cambian por completo. Me alegro que tu día haya estado lleno de claridad, amiga querida.

  5. Karen querida, sé a que te refieres, te veo más alla de las formas, tu y Milla son una para mí y la conexión es clara. Como no, te gusta Delmira jaja.
    En cuanto a los cambios, sí querida mía, cada cambio obra un pequeño milagro en nosotros, aún a pesar de que en apariencia pueda ser doloroso. Un abrazo y no sabes lo que me gusta verte por acá, me hace sentir ..mmm no sé, es como cuando haces algo rico para el té y viene la gente que quieres a compartirlo contigo. Un abrazo.

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