Días de enfermedad
Vengo ya de regreso de estar casi una semana en la clínica, operaciones que no esperas, eventos difíciles que te hacen replantearte todo y a la vez te dejan inerte.
Ya han pasado algunos días y estoy recuperándome, recuperando la mirada en alto y la esperanza viva.
Los días pasaron lentos, como entre dos mundos, si no fuera por “mi” ventana que daba a un bello jardín donde se mecían con benevolencia unos álamos gigantes, de alegres racimos de un verde intenso que necesitabas respirarlas aunque sea con la mirada, ya que con eso te hacían sentir viva, creo que hubiera gastado mi reserva de energía vital, recuerdo la sensación cuando salí y respiré el aire fresco, oh!, que diferencia al aire de adentro, cuando miré los arboles a medida que el auto avanzaba en dirección a la casa, ¡como sentí la vida latiendo tan fuerte en esa trivialidad!
Tuve la fortuna de ir a una clínica privada, en Chile una gran mayoría no tiene esa suerte y deben ir a hospitales estatales, donde compartes una sala común con muchas otras pacientes, donde te desnudan delante de varios médicos pasantes, visitas de otras pacientes y donde no te queda más remedio que perder el pudor, aguantar el dolor sin derecho a queja, y esperar, esperar que te toque el turno.
A medida que transcurrían los días en la Clínica pensaba en ellos, pensaba y me sentía avergonzada de tener esa preferencia, de pensar en tantos que están tirados esperando, esperando una “hora para seis meses más”. La medicina en Chile es algo que todavía le queda mucho camino por recorrer, las enfermedades creo que nos ayudan a apreciar de mejor manera lo que tenemos y olvidamos que somos dueños de “aquello”, sea lo que fuere, los días de silencio ayudan a retomar la palabra, y el dolor, te ayuda a saber que estas vivas y si estas vivas es por alguna razón.
Patricia querida amiga, un día escribiste:
Amo lo que no conozco porque es un desafío, lo que he tocado porque me llena de olores y sensaciones, lo que esta por llegar, porque me hace desear el mañana.
Amo profundamente mi alma, es ella quien encandila, la que alumbra a quienes me acompañan, amo sus almas porque me ayudan a caminar…
Sigue…, porque hay muchas almas que te ayudan a caminar por este camino llamado vida…, te queremos¡¡¡
Un saludo muy grande y abrazos…
Vaya, lamento que hayas tenido problemas de salud, y por supuesto espero que te estés recuperando satisfactoriamente. Aprovecho para hacerte llegar toda mi fuerza y energía para ello.
El tema que denuncias sobre la sanidad pública no es solo en Chile, se da igualmente en muchos países y es algo qué, como bien señalas, es nevesario corregir y que los enfermos sean tratados no ya con profesionalidad, sino con el decoro e intimidad que merecen.
Un gran abrazo y, ánimo, a recuoerarse del todo.
Carlos, eres mi fiel seguidor y eso me llena de gusto y de alegría sobre todo de un hombre de la calidad humana que tienes, gracias amigo. Un abrazo y estoy ya mucho mejor.
QUerido Ernesto, que bueno que te has animado, algo me decía que estabas intentándolo. Vamos por pasos.
1.- CUando pones tu nombre de usuario y password en la pagina, esta te lo acepta y te envía el codigo a tu blog, por lo tanto cuando recibas el codigo, pasalo a HTML (si no sabes, es cuando tienes abierto una ventana para colgar un post, arriba en el lado derecho dice «HTML», se te transformara a ese formato, lo copias (todo lo que te aparece) y te vas a Widget de texto, uno nuevo o alguno que ya tengas le das espacios y lo agregas, lo ideal es ponerlo a la mano para que el lector, si quiere apagarlo lo haga rápido, lo grabas y luego vas y borras la entrada como lo has hecho anteriormente. Con eso debería quedarte funcionando. Ojo que hay una opción antes de obtener el codigo que te da a elegir si quieres que la música suene cuando llegas al blog o que el lector lo prenda, ahí eliges tú que hacer. Si no te resulta, no dudes en preguntar que para eso estamos, ayudarnos. Un abrazo.
Me alegra mucho tu recuperación, es un placer pasar por tu rincón a saludarte y comprobar que sigues aquí.
Un abrazo.
Leo con tristeza sobre este tiempo que te has recluido entre las cuatro paredes de una clínica. El cuerpo a veces no avisa y se revela exigiendo primacía. menos más que pudiste asomarte a esa bella ventana. Un saludo
Muchísimas gracias Patricia, primero por tu rapidez en contestarme y luego por la explicación precisa y detallada. Creo que será suficiente para que lo consiga finalmente, aunque hasta esta noche no voy a intentarlo.
Un abrazo y mi reconocimiento siempre.
¿Conseguido! Ya lo tengo colocado, tu ayuda ha sido imprescindible, de nuevo gracias por ella. Mas abrazos.
Ulysshes, que alegría verte por acá. Gracias por tus palabras.
Concha, así es la vida, a veces canto, a veces llanto. Pero siempre sale el sol, no es verdad?. Un abrazo.
Ernesto querido!!!! que bueno, ya l fui a ver y te quedó perfecto, te felicito y ya sabes, siempre ante cualquier duda, sólo me avisas. Hiciste un hermoso repertorio. 🙂
Oh! Y qué ha pasado aquí? Dónde estoy? Perdone, señorita, ando buscando a la niña Patricia. Sí, su blog estaba por estos lados, pero ahora no lo encuentro…. ¿Cómo? éste es??? Dios mío! Pero si es una mansión, o una Maison de haute couture! ¡Cuánta elegancia… y yo con esta facha… ni siquiera me he peinado! Usted cree que me dejarán entrar? Sí? Aaaay, qué bueno, mire, porque vengo de tan pero taaaan lejos a verla! Y mire, que le he traido estas flores naranjas que precisamente combinan con su flamante (literalmente) encabezado. Se las doy a usted para que las ponga en agua, ¿ya? Muchas gracias. Sí, gracias, ahora paso a verla…. ¿ya se levantó? Ah, bueno. Sí, muy amable, voy para allá….
Patiiiiiiitoooooo…!
Patricia, querida. Qué bueno que ya estás en casa. Yo pienso que no tiene sentido sufrir por lo que tenemos o lo que podemos acceder. Debemos sentirnos orgullosas, felices o agradecidas y trabajar para que todas las personas sepan cómo conseguir lo que se merecen. Las cosas –materiales o no– no caen del cielo y tú lo sabes. En algún momento de la existencia hemos trabajado, o no, por ellas. Tú mereces un palacio, entre muchísimas otras cosas. Te traje una flor, de nuestro último viaje, abierta en todo su esplendor y mojada de lluvia. Te dejo un beso.
Ahhh pero si ha llegado mi duende y mi querida condesa Karenina, mis queridas amigas, es curioso, comencé a leer tu comentario Milla y llenas mi rostro de una amplia sonrisa, sabías que te quiero mucho?, gracias por esa luz que siempre sabes entregar.
Karenina, mi querida y admirada karenina, gracias por tus palabras y me voy a ver esa flor, que seguramente será hermosísima.
Los días de enfermedad nos dan una pauta de que «somos», te aseguro que no ha nada a la vez más físico y más metafísico que una enfermedad que nos acecha y que nos toma desprevenidos… No quiero ir más lejos, porque sé que estás bien… Pero, seguramente coincidís conmigo…
Yo siempre salí fortalecida de las crisis de la vida, y creo que la enfermedad es tan sólo una contingente manifestación de las mismas…
BUENA SALUD; PAT…
Aquileana 😉
Gracias querida, tienes razón, las enfermedades como otras cosas que en apariencia no son tan buenas, siempre tienen como razón el darnos un poco más de comprensión, de ese necesario silencio para tomar consciencia y apreciar lo que es real. Un fuerte abrazo para ti.
Querida Amiga: sin saber, buscando en este ciberespacio, encontré tu blog, para mi placer, para mi alegría, para curar mi alma, llena de sentimientos que afloran cada día, etapa de grandes cambios, necesarios. Silencios necesarios, porque las palabras no fluyen. Pero que se hacen eco en las tuyas. Encontré este reflexión, y me toca muy de cerca, porque en este momento paso por lo mismo, y el 30 de marzo, una nueva cirugía, esta ya programada, voy por una vida diferente.
gracias por compartir este tu sentir.
gracias por descubrirte,
vivi.
PD. En Argentina, lamentablemente el tema de la salud, no difiere para nada en lo que contas.
cariños y bendiciones para ti.
Vivi, mis mejores deseos para ti, que todo salga bien. La vida sigue, como en un oleaje eterno trayendonos maravillas y otras que en apariencia no lo son, pero siemre sirven. Un fuerte abrazo.