Lazos
Me gusta conocer a la gente, esa que es capaz de despertarme de lomo a lomo los sentidos, los del alma y los otros, esos que me sacan risas y sentimientos nobles. (Me recuerda que puedo ser una mejor persona.)
Me gusta; conocerles el alma, revolcarme en su pensamiento, tal vez como lo haría un cerdo feliz en un gran charco de barro. Me gusta arremangarme los ojos cuando los tengo cerca, pa`verlos bien, pa´ver los detalles, esos que son imperceptibles o no tienen aparente importancia.
Me gusta…, olerles el alma, degustar su risa, masticar las palabras, como se mastica un buen charqui, pa´sentirle el sabor ¡como Dios manda!
Eso me ha pasa con algunas personas que se me arrinconan el alma. Una de ellas es la Milla, claro que sí, “la Milla” como decimos en Chile, una chilena que se fue hace harto tiempo, pero me doy cuenta, que todavía le cuelgan de las manos los recuerdos. Esos recuerdos que tienen raíces, los que nos atan a la cuna, esos, por los cuales grita la sangre, nuestra sangre, a ratos con ojos cansados, otras arrastrando tristezas, nostalgias, esa sangre que nos recuerda que somos de allá y no necesariamente de donde se afirman los pies. Donde están nuestros viejos, nuestros niños…, nuestra gente. Donde el olor a empanadas se cuela por las casas los domingos, ¡la vega!, nuestro mercado que arde de gente auténtica, de esa que es buena de adentro.
En fin, gracias por todo. Y gracias!!, Todo me gustó. Síiii, me gustó tu flor, el papel grueso con la tinta derramando cariño, la letra apurada, las comas nerviosas, los puntos finales. Un nombre, una firma real.
El mundo es tan re grande Milla, que cuando lo achicamos con estos detalles, vamos creando lazos, como tan bien nos relata el principito, vamos siendo especiales, nos vamos domesticando, siendo únicos. Tú y Karen son mis ángeles guardianes de un pedazo de este mundo, Karen sorprendiéndome con esa exquisita sensibilidad, tú con la agudeza mental y con esa chispa que levanta mi risa. Sin lugar a dudas mi vida tiene más sonrisas desde que aparecieron en ella.
(Aún te sigo odiando por los dulces… )
Bellísima reflexión Pat,claro que sí!
Besos reales pero de lejos!
Mi querida Goroka, tú eres otro de los tesoros que me ha dado la red, son pocos, pero ya son reales en mi vida.
Besos miles.
Esta es la tercera vez que vengo. Y he estado acercándome poco a poco, a ver si no me muerde esta vez.
No sé qué decirte, Patricia. Lo he dicho muchas veces anteriormente en aprietos parecidos. En general, soy capaz de responder casi cualquier cosa. Tengo entrenamiento formal e informal para ello. Y mucha experiencia. He consolado o tranquilizado o hecho sentir mejor a personas que se acaban de divorciar, a niños que se acaban de caer y están sangrando, a enfermos, a moribundos incluso. He oficiado bautizos y funerales para mis seres más queridos. He escuchado y acusado recibo adecuadamente a las confesiones más espeluznantes que te puedas imaginar (esto se me está pareciendo a un post de Eduard que me gustó muchísimo), le he levantado la moral –mucho o un poco– a incontables personas… Casi siempre sé que decir, sin embargo, esta clase de comunicación me deja indefectiblemente muda.
Gracias, Pat. No sé qué más decirte, excepto que es un alivio saber que quizá no sea necesario decir nada, ya que sabes lo que pienso, afortunadamente, te lo he hecho saber muchas veces, por adelantado.
Firma El Zorro
Lo que más me gustó fue la firma jaja, síi, está perfécto ya que eso lo resume todo. Y no, no se necesitan palabras. Un beso gordo y otro para Karenina… cuando esta silenciosa me la imagino volando por las plantas como un hada que esta en proceso de riega.