Vamos por la senda de ser únicos en un mundo asombroso, pero lo olvidamos. Nosotros lo somos, la humanidad entera lo es. Nosotros somos ella. Este maravilloso planeta nos lo recuerda día a día, sólo debemos verlo, sentir sin pensar, sentir simplemente con el corazón.
Han pasado días en que estuve sumergida en el mundo, con los papeles alborotados, las ideas incendiándose, y el tiempo corriendo como un avestruz por mis pies. Pero ahora ya está todo resuelto, ahora he vuelto a abrir los ojos Sigue leyendo →
(Ojala se regalen el tiempo de ver esto y leer estas palabras, es el mismo tiempo que gastarán en dos comerciales de televisión)
Desde el punto … a la espiral. Un año más “se va”.
Cuando Dios abre los ojos, el mundo se crea.
Que singular frase para tomar consciencia de un algo “sobrenatural” y maravilloso. Abrir los ojos y crear. ¿Crear para qué…?. ¿Para saborear con los sentidos la posibilidad de existir?
El mundo avanza sin detenerse a observar. El mundo avanza en una crítica constante sin detenerse a escuchar su propio e incesante parloteo mental. El mundo avanza ciego y sin reflexión. ¿Seguiremos así en este nuevo año?
El mundo se constituye por ti, por mí, por todos los que habitamos este planeta…
El mundo avanza sordo al silencio que teje la gran malla que nos mantiene unidos e indivisibles mientras seguimos jugando a ser espirituales, buenos seres humanos, correctos individuos. Sí, tal vez creemos que tomados de la mano mientras repetimos sentidamente cuanto nos amamos, o mientras danzamos, oramos, rendimos pleitesía a la madre luna, al padre sol, o, nos golpeamos en el pecho mientras recibimos el “santo” sacramento y luego, nos comemos un rico asado, el cuerpo de un animal que vivió y murió bajo las más brutales circunstancias, mientras no somos empáticos con quien tal vez no conocemos, pero podemos vislumbrar en sus miradas el dolor, el hambre y la desesperación del cansancio.
Si no comenzamos un gran año, un año de intenciones, nada tendrá sentido. No lo tiene despedirlo comprando gorros multicolores, decorar la casa Sigue leyendo →
Esta, fue una semana extraña, aunque debo confesar que para mí siempre los eventos son extraños, la vida está hecha de tantos instantes y cada uno de ellos son una milagrosa sucesión de instantes sorprendentes si uno se sumerge en ellos. Pero hablemos de esta semana, por alguna rara razón me sentía inquieta, desordenada, había algo que no estaba encajando en mí, ¿qué?, me había subido a un bote y dejé que el mar se lo llevara sin tomar los remos, gracias a ese Dios que me habita y habito, pude verme y regresé. Ahora, todo es claro.
¿Cómo logré volver? El viernes decidí venirme a la laguna a muy altas horas de la noche, había optado por quedarme en Santiago ya que tenía una comida, pero algo en mi interior me gritó tan fuerte que no pude hacerme la sorda. Me excusé, tomé mi auto y me vine a la cabaña, ¿eran las dos de la Sigue leyendo →
El difícil momento en que conscientemente comprendemos el real valor que tiene el “soltar”.
Desapegarse, es una de las tareas más complicadas a las que el ser humano se enfrenta en algún punto de su camino, aquel en que simplemente y sin alternativa comprende que no hay más elección que desapegarse. Desapegarse de todo. Desapegarse incluso de uno mismo y del enorme peso que nos mantiene atados a una realidad que no es más que un sueño. Un sueño aplastaste que nos vuelve cadáveres vivientes que se sueñan viviendo.
Pero, ¿cómo podremos volar si vivimos arrastrando esa pesada carreta que lleva el peso toda nuestra existencia?, una que a través de muchas vidas o experiencias, va cargadando una aparente realidad que nos mantiene ciegos. Amarrados y esclavos del pensamiento, la mente, aquella loca que parlotea gimiendo como un rumiante herido y tuerto velando nuestra verdadera libertad.
Ese soltar ideas y creencias, soltar la ilusión de que somos espirituales cuando nos aferramos a la idea de la espiritualidad, soltarnos Sigue leyendo →
En la última aproximación de tiempo, donde todo es remoto y solitario, donde la exactitud de la existencia se hace única, yace el alma sola, consigo misma y toda su extensión lumínica.
Ahí, en esa amplia, extensa y abrumadora quietud se encuentra con su real grandeza y disminuida (no pequeña) esencia primigenia.
El viento sopla tan fuerte que la limpieza del aire se hace innegable, los pinos susurran secretos de antaño en mis oídos y el mar a lo lejos canta canciones a una luna que juega a ser vestido de la tierra, ésta se niega pero no podrá evitar que en algún momento la vistan de blanco.
Los pájaros son presagio de un nuevo y único tiempo que se avecina, tiempo de despertar de campanas.
Andan rumores que la tierra tal vez se cansó, posiblemente puede comenzar a detener su marcha, o peor aún, decida dar un último aliento por el hastió de soportar tanta estupidez, o tal vez, ese girar sin descanso mareó la semilla que mora en la hondura de su vientre. Quién sabe, tal vez quedó exhausta por la fiesta inagotable que celebra junto al sol. Independiente de la respuesta, es tiempo de mirarnos interiormente y pensar.
Tal vez sería prudente preguntarnos cuantas manos hemos tocado amigablemente dejando una siembra en al menos una de ellas, cuántos corazones rozamos sin dejar heridas, cuántos ojos besamos con la calidez de los
nuestros. Cuantas palabras coherentes, y cuanta estupidez y sinsentido parloteamos por día.
Es tiempo de preguntarnos, cuántas veces dejamos agua en una fuente para que otros sacien su sed (humanos o animales, ellos también son parte del sistema), cuánto del alimento que tiramos pudimos guardar para mitigar el hambre del que la padece.
Sería más que sensato cuestionarse, ¿cuánto tiempo dedicamos a guardar riquezas, acumular bienes que no podremos llevar por el camino angosto, ese que no tiene retorno. Cuánto legado dejamos para la humanidad y cuánto sólo para nuestros herederos (hay una gran diferencia).
Hemos de preguntarnos de una vez, cuántas veces nos sangraron las manos mientras cavamos un hoyo para plantar un árbol, cuántas veces pisamos el hambre para que otros pudieran tener que comer, cuántas nos sudó la frente construyendo un techo para el que no lo tiene.
Es tiempo de dejar como herencia un millar de pasos que llenen los caminos de estelas doradas donde otros puedan apoyarse, hemos de dejar migas para los colibrí y gorriones, para los que estén perdidos, hemos de partir mil veces si es necesario hasta que nuestros ojos se abran y vean con
claridad, hemos de comenzar una y otra vez por el principio si eso nos hace ser un poco mejor, menos soberbios, más humanos, más dignos ante la sencillez de lo divino, más silenciosos ante el ruidoso parloteo de los que hablan tanto y dicen tan poco.
Hemos de comenzar de nuevo, una y otra vez hasta que aprendamos a dar el valor justo a las cosas, a comprender en lugar de aprender. Hemos de despertar una y otra vez, como lo hacemos cada día pero esta vez, recordando que estuvimos vivos el día que pasó, el que está aconteciendo y si Dios quiere, el que vendrá. Y por sobre todo, comprender, por qué se nos dio el regalo de vivir.
La revolución de este despertar comenzó hace algún tiempo, etaba ahí, rozandome las pupilas, alzandose ante mí. Qué requería para que yo la viera?. Es curioso, siempre he sido un ser al cual todo el mundo consieraba tan espiritual, yo misma me he considerado así, de dedicado mi vida a una busqueda espiritual y sin embargo miraba en una linea recta, hoy mi comprensión se ha expandido ha niveles gigantescos, dolorosamente gigantescos.
El despertar y la revolución por ese despertar ya han comenzado, me preguntó, cuánto tiempo tardaremos en darnos cuenta, cuánto tiempo tardarás tú en darte cuenta?, el que esta al lado?. Tal vez no coincidamos con todos los puntos, pero siempre, SIEMPRE va a ver partes de esa linea en las que coincideremos y tendremos que tomarnos de la mano y abrir los ojos ante esa realidad que no podremos negar. Eso, no tiene duda. Ahora, en este momento, en este tiempo es EL TIEMPO ES EL MEJOR TIEMPO PARA HACERLO es el tiempo en que nuestro mundo lo necesita, nuestros hijos lo necesitan, nuestro planeta lo necesita. Tú lo necesitas. No al sueño, no a la ilusión.
(PONER PAUSA A LA MUSICA ANTES DE DAR PLAY AL VIDEO)
Es tarde, y por no sé qué razón pinche el blog, hace tanto que no escribo, tal vez hoy lo hice porque ha sido un día especial, siempre lo son si uno mira con detenimiento.
Recibí una carta de una querida amiga que me ha dejado reflexionando, al terminarla, logró que la quiera un poco más por cosas…, cosas de personas que son un universo, uno en el cual damos gracias por transitar en él, por ser parte de ese maravilloso destiempo, lleno de misterios, de inmensidad, de tanto que dar, tanto que contar, tanto para decir.
Luego, mis dolores de cabeza están cesando, es un alivio, llevo una semana sumida en una de esas jaquecas que no te sueltan y por último, la noche esta singularmente bella, plagada de estrellada, la brisa corre fresca, tanto que me hizo sentir una con ella. De alguna manera este último tiempo tengo la sensación que me estoy descamando como cuando una lombriz deja de serlo para ser mariposa, no por lo hermosa, sino por lo completa. Me gusta el dolor del cambio, me hace tomar consciencia que existe y cuando llega esa consciencia a materializarse, soy feliz, inmensamente feliz por el sólo hecho de estar un poco más completa que hace un día atrás.
El viento patea mi puerta, las voces de las veredas, aunque lejanas, me quitan el silencio que tanto amo y me llevan al mundo, me siento en un rincón de éste y lo miro correr en su propia indiferencia, me hastía. Me cansa, me abruma. No quiero que me coma, quiero mirarlo desde un quieto silencio, desde una delicada mansedumbre, como si fuera yo una brisa suave que mece la copa de un árbol cualquiera.
Vengo de leer el blog de Milla, me gustó hacerlo, me hizo bien hacerlo. Me place leer pots que hablan de lo que pasa, lo que piensa, de aquello que corre dentro de los seres humanos, y me dejó pensando. «Patty, hay tanto que todavía vale la pena leer en la web, tanto que descubrir e imaginar, hay tanto por lo que, dentro de nuestra más inmensa serenidad, dentro del más asombroso silencio, todavía maravillarse!.
Milla es de Scientology, no conozco mucho de esa ciencia o tendencia espiritual, pero si puedo decir algo con certeza, la gente que he conocido de scientology son de esas personas que me dejan esbozando una sonrisa de placidez, son aquellas personas que se detienen en la orilla del camino y piensan, luego comprenden. Bien por ellos! Un beso para ti Milla.
Este fin de semana se me fue ligero como una hoja en la brisa matutina, dejándome un sabor de vacío, son esos días en que no logras pisar sensaciones plenas, tampoco rechinaron mis dientes, cosa que hago cuando algo especial me ocurre, tampoco aprete mis manos, (cuando quiero retener los momentos), no paso nada de eso, simplemente se fue. Tal vez paso porque no pude situarme como debía en el presente, estaba adelantada en los días. Mañana comienzo en un nuevo trabajo, una oportunidad muy interesante y con nuevos desafíos, eso Sigue leyendo →