¿Feliz año nuevo?

 

(Ojala se regalen el tiempo de ver esto y leer estas palabras, es el mismo tiempo que gastarán en dos comerciales de televisión)

Desde el punto … a la espiral. Un año más “se va”.

Cuando Dios abre los ojos, el mundo se crea.

Que singular frase para tomar consciencia de un algo “sobrenatural” y maravilloso. Abrir los ojos y crear. ¿Crear para qué…?.  ¿Para saborear con los sentidos la posibilidad de existir?

El mundo avanza sin detenerse a observar.  El mundo avanza en una crítica constante sin detenerse a escuchar su propio e incesante  parloteo mental. El mundo avanza ciego y sin reflexión.  ¿Seguiremos así en este nuevo año?

El mundo se constituye por ti, por mí, por todos los que habitamos este planeta…

El mundo avanza sordo al silencio que teje la gran malla que nos mantiene unidos e indivisibles mientras  seguimos jugando a ser espirituales, buenos seres humanos, correctos individuos. Sí, tal vez creemos que tomados de la mano mientras repetimos sentidamente cuanto  nos amamos,  o mientras  danzamos, oramos, rendimos pleitesía a la madre luna, al padre sol, o,  nos golpeamos en el pecho mientras recibimos el “santo” sacramento y luego, nos comemos un rico asado, el cuerpo de un animal que vivió y murió bajo las más brutales circunstancias, mientras no somos empáticos con quien tal vez no conocemos, pero podemos vislumbrar en sus miradas el dolor, el hambre y la desesperación del cansancio.

Si no comenzamos un gran año, un año de intenciones, nada tendrá  sentido. No lo tiene despedirlo comprando gorros multicolores, decorar la casa Sigue leyendo