Los días se deshacen en las vidas de cada uno de nosotros, los que leen, yo. Los instantes van armando con cada acto y pensamiento nuestras vidas, vidas tan únicas y distintas, tan de ustedes y mía, tan únicas y sin embargo una que lo contiene todo.
Había comenzado a trabajar en el libro en el cual estoy sumergida hace un tiempo, el último. Echo a andar la música, prendo la vela, abro esa puerta imaginaria donde después de cerrarla nadie puede entrar, nadie más que esa Patricia que desaparece hasta de sí misma, de los pensamientos que la visten, de todo lo que es.
El viento golpeó una ventana y no sé por qué, algo comenzó a dar vueltas en mi mente, me fui a archivos, abrí el libro de Jacobsen, luego Rilke, terminé con D. Agustini, hace tanto que no los leía y me gusta husmearlo de tanto en tanto. Sigue leyendo

Me gusta…, olerles el alma, degustar su risa, masticar las palabras, como se mastica un buen charqui, pa´sentirle el sabor ¡como Dios manda!