Sonetos

Otra más de la saga… «me gusta la poesía»

Esta será dedicada a los Sonetos. Veamos que es un soneto; son poemas escritos con cuatro estrofas (catorce versos endecasílabos) y cada verso de once sílabas métricas (también hay de doce y catorce). Se distribuyen en dos cuartetos (cuatro versos) y dos tercetos (tres versos) y tienen un juego rítmico variable, puede ser ABBA ABBA y CDC DCD o CDE CDE, por supuesto que con el tiempo estas reglas se han ido rompiendo, llamándose sonetos blancos, incluso a poemas que de Sonetos sólo conservan los catorce versos, como el que va al final escrito por Pablo Neruda.

Creo que la gracia de este tipo de poesía, la «trabajada» es que el poeta debe mantener la armonía y belleza de lo dicho, pero haciendo calzar cada una de estas piezas en el juego poético. Buen desafío para los que nos llamamos poetas.

Un verso libre o blanco como también se le denomina, es un verso que no tiene reglas, puede ser escrito con la cantidad de versos que se quiera, sin control métrico ni restricciones en la rima.

Mmmm… bastante más fácil o no?…

Acá, algunos de los que más me gustan. Elijan…

NECESITO DE TI (Rafael de Leon)

Necesito de ti, de tu presencia,
de tu alegre locura enamorada.
No soporto que agobie mi morada
la penumbra sin labios de tu ausencia.

Necesito de ti, de tu clemencia,
de la furia de luz de tu mirada;
esa roja y tremenda llamarada
que me impones, amor, de penitencia.

Necesito tus riendas de cordura
y aunque a veces tu orgullo me tortura Sigue leyendo

Hacia la primavera

La primavera partió en nuestro lado del mundo y que mejor que un soneto de una de mis poetisas  preferida para festejarla.

HACIA LA PRIMAVERA
Delmira Agustini

Sobre el mar que los cielos del ensueño retrata
alza mi torre azul su capitel de plata
que Eolo pulsa rara, dulcemente… Suspira
al pie la vaga ola su vaga serenata.

Y yo sueño en los cantos que duermen en mi lira,
cuando un ave vibrante, de plumaje escarlata,
en la ventana abierta se detiene y me mira:
-¿Qué haces? -dice. -¡Allá abajo, es primavera…! ¡Inspira

ansia de sol, de rosas, de caricias, de vida,
la mágica palabra! Vuela el ave encendida.
Yo bajo, desamarro mi yate marfileño…,

y corto mares hacia alegre primavera.
A mi espalda, en las olas, solitaria y austera
mi torre azul se yergue como un largo «Ave Ensueño»…