El crepuscular de este maravilloso día que se vacía en mis ojos a la distancia, me hace perderme en pensamientos que no tienen coherencia, me dejo llevar por paisajes solitarios y dejome caer en acantilados sin tiempo hasta que logro afirmarme de alguna orilla. Sólo me dejan atisbar su profundidad.
El sonido de la radio me trae a de regreso a la “realidad”, al lado, los autos van pisando las calles presurosos, me imagino que tienen la misma urgencia que yo por llegar a sus casas, y me pregunto, ¿qué les espera a ellos?, qué vida tienen, son felices, ¡que piensan!, ¿piensan?, seguramente piensan y mucho, y eso no es muy bueno. ¿Tendrán minutos de silencio donde se permitan sentir la vida que palpita en su interior?. ¿Valorarán todo lo que la naturaleza les está entregando tan abierta y generosamente?, sobre todo en este período tan especial de tiempo, ¿o pasarán por el minutero arrastrándose sobre las paredes de edificios, Sigue leyendo