A veces…,

A veces…, Me invade una rara sensación, de esas que continuamente me invaden, de esas que se respiran pero no se hablan, eso me ocurre cuando me encuentro en las cosas que toco, cuando me hurgo y renazco en lo que no tiene forma.

Cuando me encuentro en aquello que no es tocable ni vivible, como si fuera deslizandome por el gemido de una pluma mientras caé de algún lugar sin forma, suave e inaudible.  

Y es ahí cuando…, desaparezco, y me presiento viva, más viva que la palabra y más, mucho más que el tacto, más que yo misma, más que aquello que me contiene, más que lo que nadie puede comprender. Estoy tan viva que muero a todo.