Desvaríos de Patricia Gómez
Hace tanto que las palabras no afloran, que casi he olvidado cómo se escribe mi nombre,
y sin embargo, me sangran los dedos con las letras mientras se descuelgan de mi tacto.
La ciudad late más fuerte que nunca en las pupilas de mis días,
las heridas gimen con más fuerza por los ojos del pobre,
la risa truena fuerte en el oído de esa dicha silenciosa que no comparto con nadie.
Dios, hay tanto que decir y sin embargo, se me secan las palabras en las yagas de la sordera.
Imagen: Fuegos, W. Blake
Que bueno y gratificante es leerte…
Un beso Amiga
C.
Gracias Carlos, como alguna vez comentamos, gracias a las palabras soy más feliz. Un abrazo cariñoso para ti.
Hola Patty, no entiendo por que entre asuntos irrelevantes una olvida,
regreso en el regreso, nunca anunciado, el regreso que no premedite, simplemente visitando mi viejo blog, sucede, y aquí estoy entre nostalgias buscándote, solo para decirte regrese a leerte, sigo en mi Tijuanita, ese cachito vivo desprendido de babel, con los ojos redondos encontrando poesía en tu pagina, y eso es bueno, eso es una inesperada bienvenida.