Reflexiones, Patricia Gómez S.
Ola fugitiva de mis manos, encanto primoroso, ¡ay divino holocausto de la magnífica existencia, de la magnífica existencia toda!
Cómo me sonríes, complaciente y vanidosa en la hondura más extensa del yermo que arrastra mi nostalgia (por la ausencia de mi cielo) y aún así, me libero, cómo me libero hasta de la sombra del infinito pensamiento. Y me torno lirio, ola, tierra…
Tomo el pincel, y el lienzo me absorbe con su piel divina y tersa, los colores brotan insolentes marcando épocas pasadas desde mis manos, y dejo de ser yo, me abandono extasiada y las palabras se mezclan en turbulento y jadeante abrazo en pinceladas de sutil belleza, cuan feliz me hace lo simple, cuan inmensa puedo llegar a ser con el silencio y la vastedad de mí. ¡Cuánto!
Qué lindo escribes, Patín! Besos (muchos).
la imagen de tu alma queda sellada en el lienzo aunque no se repita
eso es la inmensidad unica infinita simple…
ernesto
Querida Pat, ¡qué dicha percibirte plena, colmada y feliz!
Recibe mi abrazo
No sé por qué estoy tan floja para contestar, pero leo, leo y absorbo todas las palabras que siempre me dejan con tanto cariño desde el momento que entran al correo. Gracias por estar, por la felicidad compartida.