FINAL PARTE I DE ESTE BLOG
«Entre el cielo y la tierra»
PATRICIA GOMEZ
La poesía se rompe titilante en mi pupila
y queda mi alma desmembrada
ante el tibio sonsonete de su canto.
Y nace de la nada una luz tan inefable,
que quema mi cuerpo de cisne moribundo,
tornándome en rojo cardenal
de un jardín de rezos en descanso.
Y una luz que ciega mi ceguera, se abre ante mí.
Toda ella insondable y misteriosa, ¡toda pura!,
Toda, amor. Toda tuya, toda…, toda infatigable,
plena de designios, toda entera y más allá del tiempo
Y me lleno de un deslumbre tal,
que me inmolo en los cálices de Dios.
Y es tu cuerpo, el templo de mis manos,
Y es tu piel, avena de mi boca .
Y soy en ti, ayy amor, soy enteramente
en el tacto de tus dedos.
Y es tu alma, el eco de mi alma.