Entre el cielo y la tierra
Me pierdo. Iré a lavar mis pecados, no son muchos, y menos pocos, pero si intensos, como yo, como toda yo. Lavaré con nieve el deseo, con nieve las preguntas que se arrastran por la tarde.
El viento hará lo suyo, él a través de mi faz limpiará el destierro con que me alimento en los días de cordura, y mientras esté en lo alto, colgada en el tráfico perdido a mi destino, escribiré historias con tu boca, con tu mano franquearé mi tierra toda y dejaré que pongas banderas en mis cimas, en mis ríos, en toda mi delicada pero firme tierra dulce. Dejaré que vagues por mis lados y esquinas, por la tersura de mi mente, de mi infinidad, de mí…, que no es poco por la complejidad que me contiene. Y yeremos, veremos como amanece nuevamente el día en cada día.
Sí, la vida a veces es una serie de ‘veremos’ consecutivos…
Si, cada día es una sorpresa vestida de incognita verdad?, me encantó tu blog. 🙂
Gracias, Binah. Y a mí el tuyo.
Paty, siempre es una dicha seguir dando pasos por la vida en espera de ver cómo amanece cada día, cómo se forma otra lluvia, cómo nos mece otra paz…
Estás viviendo un momento muy especial, según percibo, y te deseo lo mejor desde mi cama, de donde veo y agradezco la generosidad de mi rosal.
Un beso.
mmm por qué estas en cama, estas enferma?… te voy a ver enseguida. Y sí, estoy en esos cruce de camino donde se despliega el futuro que a la larga no es más que el presente sólo que mirado desde un ángulo distinto.