Sucede, que…

Sucede que, (cuándo el sol esta vivo en la tierra …)

Lates, lates en mi espalda y mis ojos, lates como un corazón vivo y silencioso quebrándose en mi pecho, lates en cada pensamiento que se rompe en mis ríos.

Lates en las gotas que caen distraídas desde el cielo, en mi sangre de hembra viva, en la orilla de la tierra, en los sacros silencios de tu alma, en las piedras que reposan en la tierra.

Lates en las cimas de mi piel, en cada esquina de mi cuerpo.