Mujer

Actualizo este post en este día especial.
Día internacional de la mujer
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Me  gustas mujer, ¡me gustas tanto…,!

Me gustas, cuando eres audaz, cuando toma fuerza tu voz, cuando dejas el temor en un rincón de desperdicios  sellándolo con llave,  cuando me veo con orgullo en tu mirada. Cuando dejas el silencio y erguida de fuerza ¡hablas!, haciendo valer tus derechos, sin importar los sacrificios que hagas.

Cuando gritan tus dedos, que puedes…, sí, que puedes vivir sin una marca de ropa, una casa bien decorada o un perfume caro si con ello obtienes libertad o dejas de ser sombra y para ser un erguido árbol.
Me gustas mujer, cuando te leo o veo una obra de arte nacida de tus manos  ¡y quedo asombrada!, bein por ti. Iremos poco a poco tomando nuestro lugar en las artes.

Cuando eres capaz de parir diez hijos y ganarle a la vida y al hambre, cuando puedes trabajar doce horas y llegar con los tuyos, todavía con una sonrisa y ganas.

¡Ayy mujer, como me gustas! Cuando te veo en el metro, o en un bus sub-urbano, tal vez oliendo a perfume barato, con zapatos de plástico, con un vestido que no va al talle, pero luciendo orgullosa esa mirada blanca, aquella que tienen las mujeres que luchan, aquellas que sangran por dentro, las que han vivido a sus muertos, las que aprendieron a perdonar.

Para ti mujer, que  cargas con orgullo estas palabras:  ¡Sí, soy mujer y por Dios que valgo!!

Tertulia con mis muertos

Me gusta cuando estamos tu y yo,
calzando minutos en el tiempo,
clavando las palabras en un papel sin nombre.

Daré inicio a la tertulia, mis muertos ya no callan, preguntan por los desacuerdos, del tiempo, de la poesía que quiere emanciparse en mis dedos, del amor. Me cuentan que mueren más mujeres cada día por una violencia que no tiene freno, del dolor de los jovenes, esos que son pobres y no pueden escaparse de la garra hambrienta que los aníquila. Pero bueno, iniciemos la tertulia antes que el café se enfrié, invite a mi amiga Socorro, ¿no hay drama verdad?…, mmm, lo sabía, siempre ustedes complacientes conmigo.

Les cuento, la vida continúa, yo caminando con Uds. a cuestas, con la búsqueda aún como compañera, con el amor latiéndome en el pecho como si fuera un potro sin doma, sin jinete que me haga honra, sin prado que me ayude en el verso, sin hombre infinito.
Sigo con los ojos fuertes y el vientre vivo, con la claridad amplia, así como de luna, brillante y clara…, así, así, así…, como si estuviera yo sola y el universo en escucha, quieto como sombra.
Sigo mi camino sola, sola en existencia, a mi lado, tengo a muchos  en mi grupa, pero a mi alma, a esa nadie la hace honra, nadie puede alcanzarme en este peregrino camino, en esta búsqueda, en esta claridad que me va dejando el tiempo mudo, no llega el que debe, no avanza el que puede. ¿que dices madre?, ahh la maternidad…, trato mamá, trato, estoy en eso, gracias a Dios, ellos ya están con alas y en práctica, aprendiendo del día a día, renaciendo en cada mañana, estan hermosos, sanos y fuertes, mis hombres…, así los llamo, mis hombres…
Las cofradías, ayyy Miguel Ángel, tu mejor que nadie debería saberlo, las dejé en sueño cuando comprendí que era momento de dejar la túnica amarilla, los rituales y las velas en descanso, para vivirme en toda mi profundidad, sin que me distraigan las voces de otros, también creo que era el momento para los otros…, los más nuevos, los jóvenes, los que están partiendo. ¿Yo?, ya lo anduve todo, lo viví ¡todo!, ahora debo desandar mi camino en silencio, hundiéndome en los abismos que unen caminos, de esos que sólo algunos se atreven. Tu no tuviste la fuerza, creo que te odio por eso.
En fin, así esta la vida mis queridos muertos, los sufrientes siguen sufriendo, los déspotas, ¡peor que nunca!!, los gobiernos pudriéndose, los políticos hinchándose los bolsillos, los poetas ideando nuevas tendencias, los ricos más ricos, los pobres, ¡más pobres que todavía!, y nosotros…, ahí, viviendo hasta … ¿quién sabe cuando?, nadie muere en la vispera, sino, preguntenle a Uds. ¿verdad?

Mi Madre

Hoy me bajó nostalgia por mi madre, nunca te he hablado de ella, Gabriela, así se llamaba, era tan hermosa, un pelo dorado y rizo que caía siempre desordenado por su cara, unos ojos celestes, su tez pálida y suave, tanto que era un remanso acariciarla, su boca, mmm.. daba los besos más dulces que he probado.

Ese era su exterior, porque adentro moraba una mujer llena de profundidades y recovecos, caminos donde siempre transitaba la pregunta y el cuestionamiento, leía todo lo que caía en sus manos, buscaba a Dios y justificaba su ateísmo por no encontrarlo en ninguna religión, era deliciosamente culta.
Recuerdo cuando nos acurrucábamos las tres en su cama, (mi hermana, ella y yo) ella con un gran libro de antología

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