Reflexiones
Gregorio Angelcos y Tere calderon eran nuestros invitados en las Tertulias Literarias de ayer, escritores que se dieron el tiempo de compartir con nosotros, hablarnos de sus obras, desnudar algunos pensamientos, compartir historias.
Es curioso como uno comienza a ahondar en esas almas que viven por y para la palabra, no se si me gustarían sus luchas…, no sé si compartimos las mismas ideas, pero nunca dejo de sorprenderme y de maravillarme incluso, por esa diferencia que nos hace tan únicos.
Ayer cuando terminó de exponer Gregorio, me fui rauda, era muy tarde para mí, y para varios de los que trabajamos con horario, pero además de la hora, quería arrancar, necesitaba estar sola, necesitaba silenciarme, aquietarme y rumiar con mi mente lo que había recibido. QUe por demás esta decirlo, fue muy valioso, es gente que ha vivido entre palabras, enseñando, estudiando, luchando sus propias batallas, gente en la cual uno siempre tiene o encuentra algo que admirar, como decía alguien, tal vez yo misma, “no quiero nunca dejar de aprender de los que se acercan a mi puerta”.
Me sorprendí con una Tere simpatiquísima, hermosa, sí, una mujer relativamente madura pero hermosa, contando sus historias como cascajos sacados de un bolso valioso, sus dolores, sus exigencias como mujer. (Creo que mujer enamorada).
Él?, serio, sí, creo que necesita ser más serio que ella, tal vez de ahí el encanto. Culto, generoso con las ideas y con la expresión de las mismas. De mirada desnuda. Entrego sin reparos sus ideas políticas, sus tantos quehaceres literarios, su palabra hecha poesía.
En la Música estuvieron Cecilia Almarza y Hugo Knust, ¿quiénes son? Se preguntarán algunos, bueno, acá viene lo sabroso. Ella es escritora, y muy buena, también simpática y histriónica, de esas mujeres que conquistan. Hace algunas semanas estuvo como exponente en una de las tertulias, Hugo, había caído del cielo, sólo paso a tomarse un café y se quiso quedar un rato, (siempre digo, las casualidades no existen, siempre se está donde se debe y a la hora exacta) luego enganchó con los poetas y se quedó hasta el final. Cecilia nos contó que además de docente y poeta era cantante de bossa, él abrió unos ojos almendrados y bien proporcionados del tamaño de una aceituna y dijo, «A mí también me gusta el bossa y además canto» (bueno, dijo eso o algo parecido).
Al final quedaron de contactarse, yo les envié el correo de ambos y listo, a las dos semanas estaban agendados para acompañarnos musicalmente. Estuvieron fantástico, ambos cantan maravillosamente y hacían un dúo que no daban ganas de silenciar.
En fin, en cada una de estas tertulias aprendo algo, incluso de mí misma y del torrente de emociones que corren por las venas que no tengo.
Patricia:
Gracias por darle un valor para cosas que siempre importan.
Un beso
Oswaldo Roses
Gracias a ti por crear los espacios necesarios para que esto tenga movimiento. 😉