Tertulia Literaria, última de este año.
¿Qué podría decir de la tertulia final?. Hay tanto. Leíamos Manuel Andros y yo.
Llegué temprano, quería tener tiempo para estar un rato con la gente que no tengo oportunidad de conversar. Ya había llegado Edmundo Moure, quien conversaba animosamente con Lucho Neuhauser, es curioso, cuando invitamos a los escritores a leer a las tertulias es tan poco el tiempo que tenemos para profundizar con ellos, que con Edmundo no habíamos tenido oportunidad de conocernos más. A él lo había visto sólo un par de veces, una leyendo y la otra de invitado, en ambas oportunidades no pude apreciar con detenimiento algunos de sus atributos. Es encantador, afable y generoso, generoso con su palabra y con su humanidad. Simpático. Nos sentamos a conversar junto a Luis, fue agradable ese preámbulo, me hizo sentir en casa.
A los pocos minutos comenzaron a llegar algunas personas; primero Manuel, acelerado como siempre pero contento. Luego Cecilia Almarza, (que encanto de mujer) es tan, pero tan encantadora, en su exquisita belleza y simpatía nos regala además la simpleza de esa gente que ya ha recorrido un basto camino a través de vivencias y emociones, cuando ya no tienes más alternativa que ser, simple, porque la vida te ha enseñado que en esa simpleza esta la perfección, la totalidad. Porque comprendes que mientras más pasos das, estas más cerca del final y llevas menos carga, tienes menos que demostrar y más para entregar sin importar lo que seas, lo que tengas o lo que lleves.
Comenzamos apenas llegó la Katia, Miguel y la Carmencita, amigos y asiduos de nuestras tertulias, también vino con ellos Julio, él…, a ver como describir a Julio, él es un personaje en sí. Con la cámara siempre abrazando su cuello se pasea por muchos de los eventos culturales importantes de Santiago, capturando los momentos y esos instantes donde los seres humanos soltamos nuestra interioridad para que otros, puedan imbuirse en ella.
Cuando Sergio Polansky, acordeonista, músico, profesor de músico terapia e invitado especial a nuestra tertulia, comenzó a tocar, el estado anímico de la gente se tornó vivaz, no sé.., alegre y lleno de vida. Él es carismático y toca magistralmente música rusa e internacional, sólo para resumir les puedo contar que la gente terminó bailando junto a su música, ¡en una tertulia literaria! ¿Se imaginarán el ambiente?
Bueno que más decir, salvo que fue una noche con la gente que hemos logrado crear lazos sólidos, con esa gente que quiso y pudo estar con nosotros. Rodolfo Pardo, María Eugenia García-Huidobro, Patricia Pinchón, y tantos otros.
Manuel Andros leyó sus poemas disfrutándolo, Cecilia y Edmundo fueron los mejores presentadores del mundo. Cecilia presentó a Manuel con dulzura, simpatía y el cariño que los une después de años de amistad, Edmundo, a quién conozco hace tan poco lo hizo magníficamente. Y la sorpresa de la noche, me llegó un hermoso ramo de rosas (la Katia, ¡quién más!) y un libro maravilloso de Loreto Silva, otra escritora que siempre nos ha acompañado.
De Lucho Neuhauser, Marcelo y Andrés, los dueños de casa, sólo dar las gracias. Siempre nos han atendido maravillosamente. Gracias a ellos por la calidez, la paciencia y por esa entrega que se da más allá de servir un trago, se ve en la mirada, en la sonrisa, en los gestos que no tienen valor monetario y es el que realmente perdura en el tiempo.
Terminamos esto con una sensación de contento y paz que cuesta explicar. Por lo tanto. Gracias vida, una vez más.
Elllos son nuestros anfitriones.
Coffee Stop, café literario (Hernando de aguirre 129)
Gracias Patricia por la delicadeza que emanas y enseñas al caminar por la vida, intentando dar poesía y bondad al mundo.
Un abrazo cariñoso
Cecilia
Mi querida Cecilia, viniéndo de ti ese comentario, sólo puedo estar agradecida, eres uno de esos seres que siempre te dejan el alma alegre. Un abrazo cariñoso.
Besitos para ambas… siempre es fantástico encontrarlas en mi camino… ambas son luciérnagas en mi espíritu… y alegría en mi corazón…