El libro de la Almohada

Florie, una joven escritora y vecina de blog me recomendó leer este libro. «EL libro de la almohada». Cuando te recomiendan algo uno se forma expectativas, lo busca con más ahínco, si te cuesta encontrarlo se vuelve aún, más atractivo. Así me paso a mí. Así también me pasó con J.P. Jacobsen. En este caso recorrí varias librerías pero en vano, no lo conocían, pensé pedir ayuda a través de Internet, ya era cosa de desafíos, ¿me entienden verdad?, ¡tenia que tenerlo!, cuando «necesito» leer un libro, TENGO que leerlo, siempre pienso, «en ese libro hay algo para mí».
La otra tarde, cuando ya mis esperanza estaban por el suelo un amigo me dijo, busca en Librería Antártica, hay siempre tienen un buen surtido, entré rauda a Internet , mis dedos se deslizan con pericia sobre el teclado negro y escribo «El libro de la almohada» y plaff, «Quedan 2 dos ejemplares disponibles»…, sin más demora ni tiempo en derroche, a la salida del trabajo ya estaba en el Alto las Condes, pero como uno es ser humano, y nos cuesta dejar la emocionalidad y carga mental negativa a un lado pensaba, seguro que me dirán con esa cara de pocos amigos y sin entender la real necesidad que puede llegar a tener un ser humano por adquirir «ese libro» – lo siento señora, ya no lo tenemos», ¡pero no!, el muchacho se acercó al computador, tecleo el nombre de la autora (Sei Shonagon) y me miró con una sonrisa, – acá esta. Mis ojos se iluminaron, ¡¡por fin!! pensé. Cuando lo tuve en mis manos lo acaricié como se acaricia a un amante que has ansiado por tiempo indefinido. Apreté mi paquete como si llevará lingotes de oro y me fui rauda del atestado mall, al llegar a casa y evitando besos, preguntas y los habituales languezatos, curvatura de cuerpos y saltos de euforia de mis queridos Oscar y Lukar (Mis Foxterrier, cuando me ven llegar pareciera que el mundo comenzara recién a girar para ellos) y me encerré en mi habitación. Debía beberme al menos las diez primeras páginas, era lo menos que podía regalarme despues de tan impaciente espera verdad?
Me salté el molestoso prologo, quería ir al grano. Me cargan los pre y los post, me gusta ese medio que te mece cadencioso a través de lo importante, de lo medular.
«1.- En primavera, el amanecer.
En primavera el amanecer. Cuando al insinuarse la luz sobre las colinas, los contornos se tiñen de un pálido rojo y purpúreos jirones de nubes flotan sobre las nubes.»
Otra..
«Recuerdo de una mañana clara…
Recuerdo una mañana clara del noveno mes, Había llovido durante toda la noche. A pesar del sol, las gotas de rocío aún cubrían los crisantemos del jardín.
En los cercos de bambú y las varas de los setos veía telarañas. A medida que sus hilos se quebraban, las gotas de lluvia quedaban colgando de ellos como las perlas de un collar. Estaba conmovida y encantada.
Poco a poco el rocío fue desapareciendo del trébol y las otras plantas en las que tan pesadamente se había posado. Las ramas, más livianas, se agitaron casi imperceptiblemente y luego, de repente y con toda armonía se alzaron.
Mas tarde describí a los demás toda la belleza que había visto. Pero mi relato no causo ninguna impresión y quedé desasosegada.» (Cómo te entiendo Sei Shonagon!!!)
El libro describe un Japón (y también podemos incluir a una China) llena de detalles, colores, fragancias y esos pequeños rituales que llenan su tan nutrida cultura. Me siento muy identificada con esta autora, creo que cualquier mujer lo estará, así somos las mujeres… llenas de sensibilidad, llena de detalles que pasan imperceptibles al ojo masculino. (bueno, generalmente)
Recuerdo una película y a raíz de lo que describe esta autora, se llama «El Último Samurai», seguramente más de alguno de Uds. la ha visto. Cómo me subyugaron las imágenes, la fotografía, la sutileza de cada acto cotidiano, simplemente soberbia y bueno, esa escena de amor que nos entrega un erotismo sobresaliente, en lo que a mí respecta me dejó con la piel totalmente erizada. Esta se desarrolla cuando ella le pone el traje con el que irá a su última batalla, mmm…, ¡soberbio!, creo que el director logró con creces lo que quería, una escena del más alto erotismo sin necesidad de recurrir a lo evidente.
Gracias Florie por tan buena recomendación.
A mi me ocurre lo mismo…cuando alguien nombra un libro recomendándolo, parece imprescindible leerlo para entender qué pasaba por la cabeza del «recomendante» y entenderle aunque sólo sea por un segundo.
Después de unos días ausente, he vuelto a escribir…precisamente a raíz de un libro que me regalaron hace unos meses.
Saludos!
Me has alegrado el día! Qué digo el día, el mes 🙂
un abrazo
Florie
Tendré que echar un vistazo a la autora,pero ya te digo yo que a mí los orientales y sus filosofías me gustan.Un saludo nipón,sayonara!!
Florie querida, tu me alegraste varios días…, hay libros que son, como dice su titulo, de almohada, tal vez no todo te llena, tal vez no todo es lo preciso a tu ojo, pero cuando puedes leer párrafos enteros y sentir que es tu palabra la que lees, ya vale oro, así que gracias.
Gorokiña, yo también he aprendido a admirar y seguir su cúltura, hay tanto que aprender.
Un abrazo, (sayonara)
Patricia
leyendo el prologo de mil grullas de kawabata, me encontre con este libro, creo que merece ser leido al igual que la novela de gengi, tu experiencia me motiva a ir a buscarlo, aunque por ahora estoy muy metido con kawabata, voy en su 5to libro y tengo varios esperando, la verdad la literatura japonesa me parece muy elegante y con un gran sensibilidad para describir atmosferas y emociones..gracias por compartir tu experiencia con nosotros
Cristian, creo que ahora tú me motivas a leer a Kawabta, creo que partiré por el sonido de la montaña, y sí, tienes razón, la literatura japonesa tiene una sutileza exquisita.
Slds. y gracias por darte el tiempo de dejar un comentario. 🙂