Canto VII
Canto VII
Cuan profunda es el alma.
Con sus manos delgadas
tejidas con hilos de plata
que forman trenzas eternas.
Resplandeciente de tiempo.
Es tan grande Señor,
que me pierdo en ella.
Abarca con esos ojos inmensos
un infinito que se come mi nombre.
Es tan grande…, que me pierdo en ella.
Patricia Gómez