EL HAMBRE
No sé lo que es morir de hambre
porque siempre he tenido el pan rozándome la carne,
no sé lo que es tener hambre
porque la comida brota en las veredas de mi calle.
Presiento que cuando se tiene hambre, se tienen los ojos vacíos de esperanza.
No soy literato pero esta reflexión poética es hermosa cuando se lee y no lo es cuando se vive,en el misterio de la verdad esta la esperanza de la vida…., saludos de sinBalas
El hambre es un recuerdo ingrato de mi infancia. Pero fue el detonador de mis fantasías: panes del tamaño de los edificios, vivir dentro de un pan, tener para regalar…
No, no necesariamente está uno vacío de esperanza cuando tiene hambre, porque existe la esperanza de probar el pan.
Un beso
Es acertadísima la esperanzada acotación/disgresión ésta…
Las palabras de Pat, aún entonces, son un pretexto crítico para darle una embestida radical al Hambre (en mayúscula)…
Un gran saludo a los poetas;
Aquileana 🙂
Mi querida amiga, que bueno que sentiste hambre, creo que eso y muchas cosas más han hecho de ti la gran mujer que eres, la excelente poeta…la luchadora.
Espero que tengas razón sobre la esperanza, es de esperar que al menos esa no se muera.Un abrazo cariñoso para ti.
Coincido con Liz, cuando se tiene hambre por paradójico que suene la esperanza crece aún más en tu interior.
Tú, como poeta, sabes perfectamente que verbalizar el mundo es tan imposible como silenciarlo… Sin embargo tu palabra sigue ahí para expresar profundos sentimientos y hermosas historias. Yo me alegro mucho de que así sea.
Te envío un fuerte abrazo, querida Patricia.
Aquileana, que bueno que notas la palabra oculta. Es una alegría verte por acá.
Charlotte… esperemos que así sea.
Luis querido, y yo me alegro de haberte conocido, con los pocos amigos que camino por estas redes, mi vida sin lugar a duda se ha enriquecido.
Un abrazo… lleno de silencios y sonrisas.
(Siempre ando con algo de comida en el auto, nunca se sabe…, hoy me tocó ocuparla. Andaba por un barrio donde hay muchos perros callejeros, de lejos vi a un par de ellos, dos perros viejos, flacos y notoriamente maltrechos. Me estacioné sin importar el tráfico que dejaba atrás, me bajé y les repartí la comida en dos bolsas, era una pareja, ella con sus tetitas colgando, seguramente había tenido crías hace poco, pero los dos tenían algo que me llamó la atención, tenían la mirada vacía, no había esperanza en ella, aún asi, se devoraron la comida)