Estados de lucidez
La noche aplastó mi silencio, miré la última estrella que colgaba en una esquina del cielo y me arremangué los ojos, necesitaba verla interiormente, no pude porque los pensamientos aplastaron mi visión.
Estados de lucidez
La noche aplastó mi silencio, miré la última estrella que colgaba en una esquina del cielo y me arremangué los ojos, necesitaba verla interiormente, no pude porque los pensamientos aplastaron mi visión.
Teresa dejó la taza de té sobre la pequeña mesa que estaba al lado del sillón, no quiso mirar por la ventana aún a pesar del ruido del motor que le golpeó las sienes. Los pasos se acercaban a la puerta. Permaneció sentada. El timbre sonó ronco, retumbando como un cañón en las paredes de la casa.
Héctor bajó la escalera con pesadez, al ver a Teresa que permanecía inmóvil, se quedó de pie. El cabello cano se debilitó sobre su cabeza y se vio como un anciano. Las manos arrugadas permanecieron al lado de sus piernas, como Sigue leyendo