Cada vez que estoy ante él es diferente, mis sensaciones son diferentes…
Una noche, cuando despertó en mí la percepción que me trasciende, sentí su llamada. Lo vi en la oscuridad…, una oquedad bajo sus raíces contenía una seta gigante…, arquetipos…, arquetipos de un tiempo y un mundo mágicos en el que el hombre es tan sólo una pieza más en el contexto de la vida, en una vida mágica también. Y me dijo: «Ven a mí».
A él he ido en muchas ocasiones y cada vez es distinto, y es distinto porque cada vez es más…, es más lo que siento en su presencia… Me envuelve…, si lo toco siento su energía circular a través de mí, me reconoce y se interesa por la persona ausente, me acoge en su halo de árbol de la vida… Y me cuesta alejarme de él y marcharme.
He hecho un amigo para toda la vida. He hecho un amigo al que no le importa el color de mi piel, que no sea dura y rugosa, ni de madera… No le importa que mis raíces no penetren la tierra y la pisen y se muevan sobre ella. No le importa que mi voz sea sonora y que no surja del viento entre las ramas, porque Sigue leyendo