Laguna Verde

En esta noche que explota de tibieza y bondad sobre mis ojos, en esta tibia pero fiera noche en la que no espero nada porque nada hay que esperar, sólo ser en cada instante ya que jamás volverá, me abismo en la quietud de mi corazón.

El viento corre como siempre lo hace en este místico, protegido y algunas partes herido lugar, el día estuvo pletórico, el sol caía rebosante sobre los pinos que alimentaban la tierra de su energía, y el mar brillaba misterioso como si quisiera susurrarme grandes secretos pero no le era permitido.

Como es usual, salí a caminar o mejor dicho a gatear por los cerros cuesta arriba, a buscar “mi lugar de poder” como describía tan bien a «tu lugar», don Juan en los libros de Castañeda, siempre lo encuentro, a veces me voy al mismo, otras como hoy, dejo que el viento me llevé bajo nuevos pinos, mis protectores.

La vista como siempre, soñada, sencillamente cada día me enamoro más de esta tierra y creo que este lugar se enamora cada día más de mi alma, ya que de alguna manera sabe que estamos conectados. Rezo para que cada habitante que lo habita tomé mayor consciencia de eso, para que descubra que el universo, el mar, esta tierra y cada árbol que la pisa es parte de un todo, así como ese todo es parte de él, (como arriba, es abajo) y así dejar de herir nuestro entorno, nuestra tierra.

Me pregunto?, cuándo veremos, cuándo sentiremos la malla que corre bajo la tierra uniendo las raíces de cada único árbol, flor, arbusto…, cuándo sentiremos aquella malla lumínica que está sobre nosotros uniendo y protegiéndonos de todo aquello que trata de herir nuestra razón?…en ese momento crearemos una nueva vida, una nueva consciencia, sí, sin lugar a dudas, así será…

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