Arica
Este fin de semana estuve en Arica, ciudad extrema del norte de Chile, no sé si lo sabías, limita con Perú y Bolivia, hace tiempo quería ir, tanto había escuchado de la ciudad de la eterna primavera. ¿Pero sabes? me vine con una tristeza rara, me colgaba de las manos y la espalda, esas tristezas que no se comprenden bien, tal vez porque esperaba una ciudad verde y frondosa, palpitando de vida en cada uno de sus extremos, no sé…, distinta. Me dolió sentir que el país entero la tiene abandonada, no debiendo, me dolió pensar que debe ser una hermosa ciudad turística, es la piel más cruda de nuestro límite, debe ser cuidada y debe ser hermosa.
Fuimos al morro, si famoso morro de Árica y me pregunto porque no soy como el resto de los seres humanos que admiran la belleza, que sienten orgullo por lo que han logrado, no, ahí tenía que estar yo casi llorando por los soldados peruanos, casi gimiendo por los Chilenos, por estas estupidas guerras en que unos pierden y otros ganan o al revés, pero siempre hay uno de cada lado, y no se pierde sólo en tierra, se pierde la esperanza, se pierde la juventud, se pierde el destino de tantos que mueren. Es un tema difícil y que me cuesta comprender todavía, la guerra. Conflictos del ser humano por el poder, idolatrado poder ahhh y el ¡¡ambicionado poder!! .Pero también se me agarro al vestido un poco de alegría, debo ser justa, mucha alegría. Me encontré cara a cara con la preparación de un festival, siempre había mirado con cierto desdén esos bailes nortinos, si, esos en los que salen las mujeres y hombres con banderines y trajes multicolores, como un Rio en decadencia, (pido disculpas a quién me lea y los admira) pero ahora me retracto de todos mis viejos juicios, me vine enamorada de esos jóvenes muchachos que guardando una energía única daban saltos de machos recios, vueltitas y gritos, me vine enamorada de las muchachas, jóvenes niñas que bailaban con una femineidad y gracia, que se la quisiera cualquiera mujer de la gran «Capital» y lo más increíble de todo, jamás se cansaban!!…, era extraordinario como estaban por horas ahí, bailando erguidas de orgullo y gracia. ¡¡¡Bien por ellos!!
Ya conocí Arica, con eso completo mi país, de extremo a extremo, esta angosta dedo de Dios se me ha abierto, entregado como una flor para que la acaricie con mis ojos, para que la bese con mi tacto, para que aprenda a comprenderla. Creo, que soy un poco más feliz porque aprendí a ver el dolor un poco más de cerca y la felicidad con un color distinto.
Hola! Llegue a tu blog de bradanovic.cl. Es bueno que hayas podido llega a Arica, a menudo, muy a menudo en realidad, ciudad olvidada por el resto del pais, lo que a mi parecer le ha favorecido de cierta manera. Me encanta Arica! Tiene su propio caracter -una mezcla entre la rica cultura andina y la cultura del norte y de los surenos que se han quedado viviendo por esas tierras.
Cambiando de tema, me ha gustado mucho tu blog. Saludos!
Hola Patricia:
Leí tu comentario en el blog de Tomás Bradanovic y como soy muy curiosa…llegué al tuyo.
Comparto contigo la tristeza que me da cada vez que vengo a Arica y veo su abandono…yo vivo en Stgo hace tiempo pero me vengo a Arica siempre para las vacaciones y no puedo evitar el pensar como sería Arica lleno de vida…
Saludos
KAren
Visite sus blogs y me quedé con un halo de profunda satisfacción, esto de los blogs no deja de admirarme, uno parte por tener un espacio donde publicar parte de su obra y sin darte cuenta el mundo comienza a achicarse en la mano. Un abrazo a ambas.
Hola Patricia: no conozco Arica, tengo entendido que es desertico.
La guerra es siempre un negocio para pocos y sufrimiento para todo el resto.
Si bien la violencia es inherente a la naturaleza humana, hay otras formas de canalizarlas, pero lo que acabo de escribir es una utopía, sobre todo porque desde muy chico 15 años, me atrajo el ´´porque´´ los seres humanos aceptan ir a la guerra. Leí mucho en aquella época, y despues también, simpre he querido ser corresponsal de guerra, bueno ahi quedo, asignatura pendiente.
Mi conclusión es que para evitar una guerra, la unica manera es evitar previamente, o solucionar el conflico.
Y aquí es donde se mezclan los intereses políticos y como bien tu dices la actitud humana del poder por el poder mismo.
Es muy bueno lo que te ha sucedido: ´´que soy un poco más feliz porque aprendí a ver el dolor un poco más de cerca´´
A todos nos sucede, y cuanto sucede, se abre una ventana al entendimiento, a ser un poco mas universales.
A mi sucedió muchisimas veces, hasta que creo que aprendí, jaja.
Cariños
Marcial
No hay que buscar explicaciones. Nada es justificable para la guerra y sin embargo, todos sabemos bien por qué existen. Como tú dices, el poder, pero sobre todo el NEGOCIO (así, con mayúsculas).
Aquí en España tuvimos un presidente despreciable haciendo entrar al país en una guerra despreciable junto a otro dos presidentes despreciables. Afortunadamente pudimos arreglarlo, pero la vergüenza ha caído sobre nosotros: la historia recordará aquello y no debemos volver a caer.
Conocer tan bien el país de uno es admirable. Enhorabuena.
Besos.
Así es mi amigo, pero no debes avergonzarte tu, son otros lo qeu deben, en tu país, en el mío… y en muchos otros, todos cargamos el dolor de nuestros pares en la espalda, llevamos la nuestros muertos en el borde de la memoria.
Por otro lado no conozco tan bien mi país, lo conozco bastante, de extremo a extremo y alguna de sus islas, pero me falta todavía. Hace un par de años estuve en tus tierras y es un hermoso país que hay que cuidar. Un abrazo.