¡Mujer!


¡¡Mujeres!!, que maravilla somos…, que labor infinita, que tesoro tan grande cargamos en el cuerpo, ¡¡ que perfección!!.
En estos días he estado tan sumergida en la naturaleza femenina, no sé…, tal vez es porque un universo se mueve dentro de mi y a veces me cuesta entenderlo, encausarlo, domesticarlo, un universo dentro de miles más que laten en mi vientre, en mis manos, en mi boca y esos mismos latidos se dan en las tantas mujeres de este planeta, ¡que magnifica construcción en manos de Dios!.

Me paseo por lugares rutinarios, y ahí están, como invisibles criaturas divinas, ellas, yo, las mujeres de este mundo.
¿Que somos?, ¿estamos hechas de lo mismo que nuestra contraparte? ¿algún día nos podrán entender?. Miren…
Parecemos complejas, pero no, ¡si somos tan simples!, somos de una simpleza exquisita, vivimos en el sentimiento, nos vestimos con la emoción y cargamos en nuestro vientre la vida. Nada más… nada más.
Solo queremos que nos digan que nos aman, más que amarnos necesitamos escucharlo, que nos digan ¡Que estas linda!… , ¡TE admiro!… cosas como esas, son tan fáciles de decir y nos hacen ¡tan felices!
Ahora ¿Cómo funcionamos? Bueno… necesitamos estar pariendo día a día, sí, somos fecundadas a diario, como el sol es a la tierra, así, el hombre nos fecunda a diario, con su mente, con sus manos, con la palabra, con la agresión, con la indeferencia, con el amor o con sus semillas, somos, queridos hombres, lo que Uds. plantan en nosotros, ¡¡pero si hasta nos siembran con sus miradas!! Estamos creando, estamos pariendo infinidad de «hijos», de sus hijos.
Ahora, paciencia…, no nos culpen si de pronto somos negativas, emocionales, rabiosas, intransigentes…, cambiantes, (creo que eso no más…) ahí deben recordar que también somos, dulces, tiernas, maternales, generosas, sensuales, listas, inteligentes, creadoras…, (ahí fue más fácil) a la larga tenemos que contar con todos los materiales para realizar construcciones complejas. Además, reitero, uds. los aguerridos hombres nos engendran día a día. Somos vuestra mitad, ni más ni menos, tan valuables, tan brillantes, tan enteras… tanto como Uds. Si nos regalan una mirada dulce, engendran ternura…, si nos regalan una caricia sin esperar nada a cambio, pariremos sensualidad, si nos siembran una bofetada, pariremos rencor y pena, … y así, es una rueda que no tiene principio, como tampoco fin. Hay un ritual que dice «Yo soy tanto como tu, tu eres tanto como yo»… que verdad!!
Basta que miren, sí, miren cuidado en los lugares en los que pasan a diario, ahí estamos todas, yo lo hago y me maravillo, en los supermercado, una plaza, en las calles, en el mall, en una micro o el metro, ahí estamos todas, con el rostro cansado pero cuidadosamente maquilladas para ocultar esa letanía, ese agotamiento, algunas con ojos tristes, seguramente cargan la pesadez de una vida dura, pero aún así, sus pestañas bailan coquetas ante una mirada dulce, (que guerreras).

Somos arenal dulce en un mar abierto, somos hembras, fuertes, vivas, tibias, suaves…, somos madres de todo lo que nos inspire ternura, somos sacrificio, si no hay para tres, sin dudarlo damos nuestra parte, cargamos el peso del trabajo que sea necesario para sacar a los nuestros adelante, aún cuando hay tantas (que muchas veces son las que menos vemos) que deben estar sonrientes y con buen ánimo muchas horas de trabajo, (luego viajar dos o más, de pie, apretadas y tal vez, tocadas…para llegar a sus casas (algunas tan pequeñas y con tan poco…, pero aún así, vestidas con alguna flor), luego deben llegar con ánimo y fuerza para educar a los hijos, alimentar, limpiar, ordenar, lavar, planchar, acunar y tener ganas de estar con nuestro hombre para que él también se sienta satisfecho… ¡¡que maravilla que somos!!

Tenemos un océano entero palpitando en el pecho, (amamos a los débiles, amamos a los hombres , a nuestros hijos, a los animales abandonados, a cualquier bebe, sin importar el color ni los ojos ni su ropa, los vemos y nos llenamos de ternura, incluso a los bebes animales, (yo estoy en primer lugar de ese ranking), a nuestras amigas, a nuestras hermanas, madre, padre… amamos, amamos con todo).
Ahora en muchos casos no hay quién reciba ese caudal que se mueve sin control, y lo peor de todo, no podemos eliminarlo, ¡¡que terrible!! pero saben que?, aún así resurgimos dentro de ese lago amoroso que no tiene donde seguir su cause y seguimos caminando como si nada pasara, y llevamos esa carga esperando ser entregada, en algún momento, no importa a quién o qué. (Somos grandes, ahh)

Pasa el tiempo y con él se va la lozanía de nuestro exterior, la frescura, la dureza de nuestros cuerpos, pero quedamos intactas por dentro, seguimos sintiendo, amando, cuidando, pensando…, hemos ganado en comprensión, en sabiduría, en experiencia, en entrega, seguimos siendo las mismas por dentro, pero los hombres no se dan cuenta de eso…ufff que paciencia!! pero, una vez más, no importa, aprendemos a vivir en un rincón, más calladas, más quietas, más reflexivas.. y por dentro, igual.
¡¡Mujeres, que maravilla que somos!!

Nota: Cuando estén cansadas, cuando ya no hayan ganas de seguir…,  cuando nuestros hombres te agote, piensa,   seguro…, en la próxima vida seré hombre y él, mujer ( jejeje)

Binah

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